Capítulo 52: almas gemelas

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Miré a Horus de costado, y vi que todavía me miraba con una especie de adoración y...orgullo, que no había visto en él nunca, que me acordara. Volví a sonrojarme y seguí caminando detrás de Trina. Nos estaba mostrando algunos de los sectores de la nave, como la sala de comandos, que era parecida a la nave de Horus, pero el triple de grande y con el triple de botones, y ahora estábamos admirando una sala de meditación, en donde había colchonetas en el piso y muchas piedras.

Trina me contó que había mucho trabajo por realizar, y que ellos se involucraban en todo lo que podían para poder ayudar a la Tierra, pero que no podían cruzar límites. Ayudaban a que la capa de ozono no se perforara completamente, a enviar energía positiva a situaciones mundiales alarmantes, a darle mensajes a gente que estaba conectada, y un sinfín de cosas más.

Me dijo que mi trabajo como mensajera consistía en brindar esta información y ejercicios prácticos para el día a día, para que la gente viera realmente que el cambio era posible y no una simple fantasía. Que el objetivo no era vivir en una utopía, sino aprender a atravesar obstáculos de una manera positiva y desafiante, y no convertirlos en una frustración diaria, sino llevarlos con inteligencia—racional y emocional— y lograr la autosatisfacción desde el corazón, no desde el ego.

Al aprender a tomarse todo de es amanera, sabiendo que las soluciones son posibles si se piensan desde el corazón, al no querer llenar vacíos del espíritu mediante sustancias, consumo o a través de peleas y un aumento de ego; a aprender a que podemos vivir en paz, pero siempre trabajando y aprendiendo, allí, se llega a la evolución. No a la perfección, pero sí a un nivel de vida basado en la paz, en la confianza en uno mismo y en la transmisión de amor. A una vida disfrutable, con objetivos que nos sirvan para seguir avanzando, con cosas sanas que nos satisfagan, con paz mental, con positivismo y con obstáculos superables.

En este momento, me encontraba sentada en un sofá muy mullido en una de las salas. Estaba mirando por la ventana al planeta Gretik, que ahora se encontraba bastante lejos. Habían despegado la nave y nos habíamos... ¿aparcado? en el espacio. De lejos se podían ver las estrellas tintinear y todo era demasiado tranquilo. Sin embargo, a pesar de todo lo que me acababa de enterar, de toda la revelación que me dieron, de mi misión, de mis vidas, de lo que debía hacer y de la historia de mi planeta, me encontraba pensando en Horus. En cómo él también estaba involucrado en ayudar. En siempre ayudar. En cómo me había ido a buscar en primer lugar, para despertarme. En cómo me había dicho que en realidad, él no se dedicaba a eso, sino a viajar entre los mundos evolucionados para ver a las almas.

—Jamás te pregunté cómo es tu trabajo—le dije a Horus, que estaba sentado al lado mío. Estábamos solos, los demás se habían ido a no sabía dónde—. Sé lo que haces, pero nunca me explicaste exactamente cómo lo haces.

Horus mordió su labio y se acomodó en el sofá, al lado mío. Se sentó de costado, y nuestras rodillas entraron en contacto, haciendo que una ola de calor recorriera mi cuerpo.

—Te han dicho tu misión y un millón de cosas más, ¿y en eso piensas?—sonrió de costado, divertido.

Asentí.

—Es que no entiendo cómo no te lo pregunté antes. Es como si...

Horus me miró con atención, y asintió lentamente con la cabeza.

—Si me lo hubieras preguntado mucho antes, no te hubiera podido dar una respuesta sincera.

Tragué saliva.

—¿Por qué?

—Porque recién ahora comprendes bien el término «evolución» y todo lo que eso conlleva, todo el sistema de planetas, cómo trabajamos...—su dedo índice se deslizó por mi mano derecha y mi corazón comenzó a latir más rápido—. Lo que yo hago es visitar esos mundos que ya se encuentran en sintonía con el universo, que ya han pasado a la evolución propiamente dicha. Los visito y evalúo su gente, sus almas. Yo puedo...ver qué tan evolucionadas están. Depende del planeta, depende la evolución, ¿recuerdas?—asentí—. Entonces, si están más evolucionadas que ese planeta, las llevo con Hator para que las ayude a seguir avanzando. Y si han cometido algo que las ha bajado de su evolución, me encargo de eso.

HorusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora