La noche era joven, y a Noah ya le pesaban los músculos. Era la Sexta Noche del Juego, pero el chico se sentía como a punto de convertirse en una montaña de polvo.
-¿Te encuentras bien?
Fue entonces cuando Noah desvió la vista de la luna encandilante y recordó que Margo todavía estaba entre sus brazos.
-Sí. Algo cansado. -Respondió, lacónico.
Margo titubeó.
-Quizá deberías irte a descansar, como dijo Logan.
Algo hizo sonar la alarma en la cabeza de Noah.
-¿Qué te sucede?
-Es que... -suspiró- no puedo borrar de mi mente tu imagen, con el dolor pintado en la cara y las lágrimas en las mejillas. Sé lo mucho que odias que te vean vulnerable. No lo soportas.
Noah gruñó. No sabía desenvolverse bien cuando le decían abiertamente que lo conocían tan bien, debilidades incluidas. Atrajo a Margo más cerca, intentando sentirse más cómodo con ella, acostumbrarse a su forma, a su perfume y a su presencia.
-Cuando Logan te trajo, inconsciente -continuó ella-, yo estaba enteramente concentrada en mi dolor por la muerte de Iris. Al verte en esa cama, yo... Si tú, si mi luz se apaga...
-Hey -la cortó Noah-. Acabo de prometer que no me iré de tu lado, ¿Recuerdas? Soy un hombre de palabra.
Tal vez no era el mejor momento para abusar de su lado lisonjero, pero puso su mejor sonrisa y volteó a Margo para ponerla de cara a él.
-Tú siempres has estado para mí, ¿Por qué no iba a estarlo yo para ti? Es lo que hacen los amigos.
Margo no pudo detener las palabras que se le agolparon en la boca y se le escaparon sin pensar.
-Yo no quiero ser tu amiga.
Noah se quedó tieso por un momento y abrió mucho los ojos, verdes a la luz de la luna. No estaba acostumbrados a los arranques de honestidad tan frontales de Margo. Mientras tanto, ella también abrió los ojos. El rostro se le arreboló con rapidez.
Unos segundos después, Noah amplió su sonrisa.
-Pues no lo seas, entonces.
-
Después de eso, Noah aguantó un rato más y se fue a la cama. Sentía que debía hablar con Nico, hacerse cargo de su papel de Lobo, pero una parte de él, la más humana, quería evitarlo a toda costa. Margo había entrado a la Iglesia con él, así que, tranquilo, se metió en su habitación.
Se acostó con cuidado en la cama, gimiendo un poco al sentir presión contra el hombro herido, y se puso de costado. Miró la luna, tan lejana pero tan presente, y se dijo que si pudiera alcanzarla sería para destruírla.
Estaba empezando a dormirse cuando oyó el eco de una madera al golpearse y un par de pasos ligeros. Se incorporó con algo de dificultad.
-¿Estás despierto?
Noah tenía el corazón acelerado y ya estaba deslizando la mano por debajo de la almohada para alcanzar su cuchillo. Pero era solo Margo, quien le producía varias sensaciones, pero no la de peligro.
-¿Noah?
-Aquí estoy.
La chica avanzó lentamente en la penumbra, como si estuviera avergonzada de haberse atrevido a entrar. Los ojos de Noah se acostumbraron a la oscuridad con una velocidad que, incluso siendo ya la Sexta Noche, lo sobrevino.
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LUPUS 2 | Las Bestias despiertan
FantasyPuedes creer que estás jugando con las Bestias, pero ellas siempre te observan, siempre te vigilan. Si cruzas la puerta, ya no podrás volver. El corazón de las Bestias llevaba tiempo dormido, pero palpitando. Y ahora ha despertado, furioso y hambrie...