En el sueño de Logan todo estaba inusualmente tranquilo y oscuro. El chico tenía el sueño ligero, y casi siempre tenía sueños agitados que lo hacían despertarse sudando, u otras cosas peores. Aquella mañana su mente descansaba apacible, lo que era un tanto distinto, y por lo general, un mal augurio.
-Pst.
Lo único que perturbaba su plácido sueño era un molesto ruido entre silbido y zumbido que se repetía una y otra vez. Cuanto más lo ignoraba, más fuerte era.
-Pst, Logan. Pssst, despierta, nabo.
El muchacho de pelo oscuro alborotado y ojos azules grisáceos no necesitó más que eso para abrir los ojos, un poco malhumorado, y desperezarse. No esperaba que su primer imagen del día fuera la de su mejor amigo con la ropa destrozada. Para ponerle la guinda del pastel a lo ya muy extraño que era aquello, Noah estaba empapado, sucio de barro, herido y ensangrentado.
-Demonios, Noah, ¿Qué carajo? Y no me llames nabo.
-Escucha, nabo -Noah hizo caso omiso del comentario de su amigo. Estaba haciendo un gran esfuerzo por estar allí presente. Aguantar el ardor y poner una cara sonriente como la que estaba poniendo le irritaba. Eso le salía mejor a Logan-, necesito tu ayuda.
Logan se incorporó casi del todo, quedando sentado en su bolsa de dormir. Charlie dormía junto a él, envuelto en una bufanda. Él no recordaba haber puesto al hurón ahí. Buscó con la mirada su cazadora negra, pues estaba helando, pero no la encontró. Miró a su mejor amigo. Quiso ver su ceja cortada, pero aquel lado del rostro de Noah estaba cubierto de sangre.
-Imagino -suspiró Logan-, que la ayuda que necesitas de mí tiene que ver con curar eso que te has hecho mediante alguna estupidez temeraria, ¿No?
Noah fue a responderle, pero estaba en cuclillas sobre una sola pierna, y se tambaleó. Entonces ya no fue capaz de contener el gemido de dolor. Logan bajó la mirada.
-Por todos los santos, Noah, ¿Qué demonios has estado haciendo?
Noah hizo un mohín.
-¿Por qué supones que he hecho algo estúpido? Podría haber sido atacado.
-Estás vivo -repuso el neoyorquino en tono aliviado-, y pensar que hiciste algo estúpido me tiene más tranquilo que pensar que los Lobos te tienen en la mira.
-Ayúdame a curarme -pidió Noah luego de un pequeño silencio-. El tobillo me está doliendo horrores.
Logan le dirigió una mirada recelosa al tobillo torcido, y luego a los ojos de Noah, que estaban muy verdes para la ocasión.
-Pero, ya que lo has puesto en duda, dime, ¿Hiciste algo estúpido o fuiste atacado?
Noah resopló, molesto. A Logan ya no le sorprendía el carácter arisco de su amigo.
-Hice algo, Log, pero no fue algo estúpido -ante la escéptica mirada de su amigo, Noah insistió-. Por ahora no estoy seguro de que pueda... explicártelo.
-Soy tu mejor amigo -replicó Logan-. Somos como hermanos, ¿Y no puedes decírmelo?
Por una vez en la vida, la cara de Noah fue inexplicable. Logan comprendió que su amigo estaba metido en algo serio, y que como mínimo, debía cuidarlo.
-Por ahora tendrás que confiar en mí.
Logan ya se estaba dirigiendo al botiquín para mojar un paño en alcohol. Ya no replicó más, y le curó las heridas. Le vendó el tobillo y procuró que Noah no viera toda la sangre que le estaba quitando de la cara.
-Confío en ti -le dijo con expresión seria-. No dudes de eso jamás.
Noah no contestó, pero asintió levemente. Trató de concentrarse en Carlos Estuardo, que se acurrucaba contra su regazo insistentemente. Al no recibir una respuesta de su humano, el hurón lo miró con una cara tierna y confundida. Noah le acarició la cabecita.
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LUPUS 2 | Las Bestias despiertan
FantasíaPuedes creer que estás jugando con las Bestias, pero ellas siempre te observan, siempre te vigilan. Si cruzas la puerta, ya no podrás volver. El corazón de las Bestias llevaba tiempo dormido, pero palpitando. Y ahora ha despertado, furioso y hambrie...