XXIV. Noctis Finalem: Fortes fortuna adiuvat [2]

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Nuevamente recomiendo que escuchen la canción. No pasen por alto que se trata siempre de Imagine Dragons, la banda favorita de Noah. ♥️

—Carum



Láquesis: de la mitología griega, Láquesis —la que tira la suerte— es la segunda de las Tres Moiras. Trabaja en conjunto con Cloto para determinar el final de una persona: es ella, la Moira del medio, quien decide la longitud del hilo vital de cada persona, y por tanto su destino. Suele ser representada como una matrona desenrollando una tira de papel con la escritura del destino de los humanos, o como una mujer vieja, coja y fea.





Durante un efímero instante, Margo sintió que el miedo le paralizaba la sangre y todos los pequeños demonios volvieron a martillear contra su cabeza: Es un asesino. Peligro. Aléjate. Todavía es un Lobo. Todavía puede matarte. Peligro.

Ser el Visionario implica una intuición muy fuerte, una intuición difícil de ignorar. Pero Margo quería desecharla, obligarse a confiar. Con las manos temblorosas, temiendo que sus demonios tuvieran razón, mantuvo las manos sobre los hombros de Noah, aún a horcajadas, y lo miró con ojos de conejo alarmado.

—No, no, no —él reaccionó casi de inmediato. Margo se sorprendió, lo había olvidado: los Lobos también tenían un fuerte poder de intuición. ¿Cómo resultaría una pareja casi capaz de adivinarse los pensamientos?—. Que sea de Noche y que yo sea un Lobo no quiere decir que vaya a matarte. ¿No me crees cuando te digo que no quería matar a Logan? ¿Que no quería herir a nadie?

Como si hubiera vuelto a ser una niña pequeña, Margo se acomodó en el pecho de Noah y susurró un débil y aliviado 'lo siento'.

—Si lo hice fue porque de verdad, juro que no pude evitarlo. Juro que lo intenté —continuó él con un tono apaciguado que no le era habitual—. Pero ahora no hay nadie obligándome a matarte, de modo que no pienso permitirlo. De hecho ni siquiera experimento un frenesí.

Margo esperó a que Noah terminara de explicarse, pero el semi ruso simplemente mantuvo su abrazo y su respiración acompasada, como si estuviera prolongando ese instante de tranquilidad lo máximo posible. El silencio comenzó a volverse incómodo, y Margo se obligó a preguntar.

—¿Entonces por qué dices que la Noche continúa, que todavía no hemos ganado?

Noah cerró los ojos con expresión dolida. Margo se apartó, creyendo que le había golpeado la herida del hombro, pero él la mantuvo entre sus brazos.

—No voy a matarte, Margo, pero alguien tiene que morir.

No.

—Es la única manera de acabar con el Juego.

—¡No!

Margo no podía concebir aquello. Cuando creía que iba a sacar las cosas adelante, ¿Noah tenía que morir? ¿Podía un Lobo elegir el suicidio como muerte de la Noche? No iba a aceptarlo. Se aferró con fuerza al suéter de Noah, arrugándolo entre sus dedos y atrayéndolo hacia sí.

—No puede ser. Tiene que haber otra forma, Noah. ¡Quememos la rosa! ¡Me dijiste que quemando la rosa todo acabaría!

El chico hizo un esfuerzo con el brazo herido para mantener a Margo quieta, fija ante sus ojos. En ese momento, ella supo que no estaba, ni por asomo, preparada para otra pérdida. Para esa pérdida. Había cantado victoria antes de tiempo. Cuando se encontró directamente con los ojos de Noah, que la observaban avizores, pintados de un profundo verde bosque y un castaño brillante, tuvo la certeza de que ese era su punto máximo de terror. La calma, la calidez que la inundaba cada vez que se perdía en esos ojos era su cable a tierra. No podía permitir que esos ojos perdieran el brillo.

LUPUS 2 | Las Bestias despiertanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora