Prologo 1 # Girasoles

331 20 0
                                    


...*Los estudios gráficos demuestran que 70% de los seres humanos...* , Ayno estaba centrado en su lectura cuando se detuvo sintiendo un suave toque de brazos fuertes que le envolvían, seguidos de un delicado beso que posaba sobre su mejilla derecha causando así que el castaño se apartara rápido casi al punto de caer de la silla la cuál estaba sentado, el libro se cayó al suelo y Jacob de inmediato lo agarró riendo.


—Ayno en serio todavía tienes miedo que no atrapen? —el pelinegro puso el libro sobre la mesa mirando a los lados y estirando su mano al otro con cara algo seria. —Aveces me da la sensación que nunca dirás lo nuestro a nadie más que nuestro círculo de amistad íntimo, que son dos personas ...


Ayno conservaba la cara de susto, le dio la mano parándose adelante de él sonriendo para empezar una serie de bromas que iba desde contar pequeños chistes a cosas sin sentido, intentaba hacerle cosquillas sin lograr que le sonriera.


Mi nombre es Ayno tengo 17 años y ese pelinegro hermoso es mi novio Jacob, mirándole así ni parece que tenemos la misma edad, creo que aveces la gente piensa que vamos a cursos distintos pero en realidad solo vamos a clases distintas.

Lo mío con Jacob podría ser mas bonito, en mi cabeza lo es, pero él siempre dice que no somos totalmente felices, supongo que se refiere a que yo siempre trato de ocultarnos donde sea que estemos menos en nuestras casas o en nuestros lugares secretos.

Lo nuestro empezó cuando teniamos 9 años y íbamos a primaria, yo llevaba lentes y era nuevo en la escuela, digamos que los demás chicos no eran unos angelitos y querían pegarme bromas con mis lentes. Era mi primero día, estaba perdido y rodeado por un bando de niños que seguramente me pegarían por bienvenida, entonces llego él, me salvó de aquellos niños con solo una mirada, desde entonces no dejamos de hablar, descubrimos que vivíamos a cuatro casas de diferencia lo que hizo que nuestros papás se conociesen, que se llevasen bien y que por esa razón nos volviéramos cada vez más cercanos.

Cuando su mamá falleció teníamos 12 años, mi familia prácticamente le tomó como mi hermano por lo que pasábamos mucho más tiempo juntos ya que su papá solía trabajar mucho, no sé si el vivió su tristeza pero sé que a cada vez que le veía trataba de parecer bien para no preocuparme.

Jacob cada vez se volvía más esencial en mis días no sabía que aquellas ganas incansables de estar con el todos los días, era más que una sencilla amistad.

Cuando llegamos a los 13 años hemos cambiado de escuela y por primera vez estábamos en la misma clase, era hora de elegir actividades, el se metía a baloncesto, yo decidí ir a música los deportes no eran mucho lo mío, contaba cada minuto de la clase para salir y verle, sentía que cometía un error, que estaba haciendo la peor cosa de mi vida, estaba empezando a sentir algo por una persona de mi mismo sexo y que además era como un hermano para mi, por un momento pensé en huir, dejé de verle varios días los cuales incansablemente el me buscaba, hasta que llegamos a vacaciones de verano y habíamos planeado un viaje.

Hemos ido a la casa de mi abuela en los campos de girasol, y bajo un árbol al en tardecer sentí el suave toque de sus labios por primera vez, el sentimiento que tanto evitaba también vivía dentro de su corazón y fue así que nuestra historia de amor nació y floreció como un girasol.

Jacob cambió mucho después que empezamos a salir, se volvió un chico estudioso, que daba su mejor para todo, siempre dice que quiere sorprenderme, pero al revés de lo que piensas no siempre nuestro amor fue un mar de flores.

MonochromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora