Prologo 2 # Dinosaurios

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"Bienvenidos a ceremonia de bienvenida del año de 2018, de Hanyang School, esperamos que todo lo que vamos hablar en seguida expanda sus conocimientos en nuestra institución..."

La Presidenta de la escuela daba el típico discurso de todos los años mientras observaba los rostros nuevos.

Los alumnos observaban a los nuevos con cierta curiosidad.

Jacob pidió a Ayno que se sentasen al fondo para poder hacer algo para no aburrirse, era típico de ellos sentarse en el fondo durante ese tipo de cosa, acompañados de Ziu, Lou y sus demás amigos de clase.

" A continuación vamos a presentar todos los clubs y equipos de la escuela..."

Finalizaba la presidenta, los alumnos aplaudieron ligeramente por educación.

Después de aplaudir Jacob dejó su mano sobre el asiento entre él y Ayno , que ligeramente puso la suya al lado, sacando una sonrisa de Jacob que despacio con su dedo meñique acariciaba la mano del otro, que también soltaba una ligera sonrisa.

Sus dedos meñiques empezaron a jugar, Jacob apreciaba cada uno de aquellos pequeños momentos sintiendo una felicidad increíble dentro de si por el toque de aquel chico que tanto amaba, de reojo lo miraba y aveces daba caricias sobre sus nudillos.

En aquel momento no parecía que estuviesen en un auditorio con más de 1.100 alumnos, parecía que solo existían los dos, Jacob le miraba en momentos.


Mi nombre es Jacob, tengo 17 años y la cosa mas linda que mis ojos pueden contemplar todos los días es la sonrisa de ese chico que esta sentado a mi lado, Ayno para mi es como la dosis de felicidad diaria que necesito para poder nutrir mi corazón y mi vida. Me duele un poco que ese año no vayamos la misma clase, pero creo que eso aumenta mis ganas de verle y estar con el, lo nuestro puede mejorar en algunos sentidos si paro a pensarlo.

Pero todo empezó hace mucho.

Cuando tenía 3 años y vivíamos en China, descubrieron que mi mamá padecía una enfermedad crónica, todo fue difícil aunque no recuerdo muy bien como era estar muy solo. Vinimos a Seúl cuando tenía 5 años, desde entonces mi vida era siempre estar en el hospital acompañando a mis papás, o con una niñera que gustaba mas ver la tele que de cuidarme, me volví un niño difícil, con carácter frío y distante.

Cuando ingresé a la escuela era como una pequeña pesadilla sin corazón, no hablaba pero por mis actos todos tenían miedo a acercarse demasiado a mi.

Entonces un día le vi, con sus lentes de friki tenía la misma sonrisa, algunos niños le querían pegar pero yo impedí, no por pena o algo así, es que me llamó la atención sus medias de dinosaurio y yo amaba los dinosaurios.

Desde aquel día él me seguía por toda la escuela, hasta el momento que me ofreció leche de fresa, era mi bebida favorita porque mi mamá siempre pedía que me comprasen en el hospital y tomábamos juntos, en ese día supe que queria su compañía.

Nos volvemos mejores amigos, y con la situación de mi mamá empeorando apenas Ayno tenía el poder de hacerme sonreír, pero aquel día nublado en que mamá dejó la tierra, mientras estaba en una esquina en mi habitación con los ojos rojos deseando no existir, Ayno entró despacio por la puerta me envolvió con sus brazos, me sentí protegido, sentí que no estaba solo, Ayno fue de mucha importancia para mi en aquel tiempo, cada vez nos uníamos mas.

Cuando teníamos 13 años íbamos a la misma clase por primera vez, gracias a Ayno aquel año doloroso no dolió tanto porque él siempre me hacía feliz y además sus papás prácticamente me tomaron como hijo, pero a finales de curso Ayno se alejó de mi de forma extraña. Mi corazón dolía mucho por su ausencia, pero le buscaba todos los días intentando comprender porque se alejaba de mi que le había hecho?

MonochromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora