Capítulo seis.

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Sabías que algo me sucedía, aun con tan poco tiempo de haberme conocido.

Luego de haber escuchado eso estuve dando vueltas por el colegio hasta que casi me vio un profesor y me escondí en la cafetería. En mi habitual mesa hasta que sonó el timbre del almuerzo. Hice la fila, compré mi almuerzo y volví a sentarme en la mesa. Cuando tu entraste por la puerta de la cafetería, tan seguro de ti mismo, riendo con tus amigos y pasándose una pelota de fútbol americano. Me localizaste fácilmente y en ese momento me sentí muy expuesta. Me miraste y yo sostuve la mirada aunque no quería mirarte. Me sonreiste pero yo no quería hacerlo. James ya había salido lastimada una vez, y aunque no eramos nada tenía miedo de que vuelva a suceder.

- ¿Entonces? - Tama me distrajo-

- Entonces ¿qué? - pregunté-

- ¿Qué como te fue con James? Vimos cuando te llevo al cuarto del conserje - dijo Iliana levantando las cejas picaramente -

Yo me comi una papa del plato de Camille.

James sabes cuanto odio el pollo con arroz ¿No? Pues eso era exactamente lo que tenía en mi plato. Estaba tan distraída que pedí cualquier cosa.

- Lo arruinaste ¿Cierto? - Tama me conocía bastante bien -

- No iba a funcionar de todas formas - respondí mientras le robaba una papa a Camille, ella me miro mal y le tiré un beso -

- Muere -me hice la muerta y ella se rió. Un clásico de nosotras-

- ¿¡Estas loca!? - preguntó Iliana-

- Si, estoy un poco loca -dije riendo - Además él es un mujeriego - te miré, James.. y no hiciste más que comprobar lo que dije -

Encima tuyo había una morocha de ojos celestes, coquetenado contigo ¿Y tu? No hacías más que echarle alas. ¡ Agh! Aun lo recuerdo y tengo ganas de matarte en serio.

Iliana, Tama y Camille miraron tan disimuladamente como un enorme dragon lanza fuego de un color tan brillante en medio de una reunión de té puede ser. Y cuando se volvieron me miraron como si ellas tuvieran la culpa. Yo me reí tanto por sus caras que terminaron riendo.

- Me deben mi bolsa de gomitas.

Cogí cinco papas fritas del plato de Camille y me pare para tirar mi comida. Tu te paraste también con la bandeja en la mano yendo directamente hacia el mismo cubo de basura. Entonces me gire y volví a sentarme en la mesa. Lo sé ¡ Tan maduro de mi parte! Ellas me miraron confundidas como queriendo decir " ¿ En serio acabas de hacer eso? ". Tu solo saliste de la cafetería, negando con la cabeza y sonriendo.

James debo admitirlo, me enamoré de esa manera de ser que tenías. De la manera en la que me volvías loca. La manera en la que jugabas conmigo... amaba que me pusieras celosa, lo amaba.

Y por eso me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora