Capítulo quince.

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Estaba enojada.

Cuando llegue a mi habitación al otro día todo estaba para la mierda. En serio necesitaba una respuesta a todas mis preguntas. Esta bien, que no quieras estar conmigo era una buena señal. Eso me hacia diferente... creo. Pero me molestaba, que pasaba si lo hacíamos y luego te distanciabas y yo salía otra vez mal... lastimada

Entonces esa mañana cuando me desperté y estabas durmiendo, tan lindo, como un ángel bajado del cielo en bóxers y yo vestida con ropa tuya me levante, agarré mis zapatos y me fui enojada.

Seguro te habrás levantado porque di un portazo. Pero no me seguiste, lo cual agradecí porque estaba hecha un maldito manojo de nervios, estaba histérica, bipolar y enojada. Raras veces estaba así.

Entonces llegué a mi habitación e Iliana y Camille estaban durmiendo. Tama no estaba. Entre al baño y me saque toda tu ropa. Por un momento pense en revolearla, y terminé doblandola encima del inodoro.

Y luego con un gruñido de histeria entre en la ducha.

...

- ¿Vas a decirnos que fue lo que paso? - preguntó Iliana -

Ya estaba resignada me lo habían preguntado mas de veinte veces en la última media hora, y solo hacían que mi enojo aumentara. Suspiré.

- Nada paso.

-Puedes decirnos, tranquila.

Camille me revoleó una almohada pero no para pegarme, estaba notando que estaba perdiendo los estribos.

- Cuando estoy enojada solo grito. Pero tapate con eso.

Mire la almohada. Y lo hice. Grité.

...

- ¿ Ya estas? -Camille sacó la almohada de mi cara al ver que después de diez minutos había dejado de gritar. Yo asentí- Bien... ¿que paso?

- Como les eh dicho hace quince minutos -explique lentamente- nada paso... en el maldito sentido literal de la palabra.

- Y tu querías que pasara algo -adivino Iliana-

- Es mi inseguridad la que habla por mi, mas bien la que actúa por mi. No es que este necesitada de... ese tema. Pero yo solo quiero saber si esto durará. Es todo.

Iliana asintió, queriendo expresar que me entendía. Y Camille me observó detenidamente.

-Estas enamorada. - dijo ella-

...

Y por eso me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora