Capítulo diez.

1.5K 133 0
                                    

Empecé a patalear y a pegar. Quise gritar pero me había tapado la boca. En una lance una patada y le pegué. Me estiré para prender la luz y te vi tirado en el suelo. Lo siento James pero me empecé a reír muy fuerte.

- Lo siento tanto -risas- no sabía que eras tu.

- ¡Auuuuu! -te quejaste mientras reías junto conmigo- ______ debo seguir jugando en la semifinal.

- Lo siento. Pero si tan solo me hubieses dicho ¡Para soy James! esto no hubiera pasado -tu sonreiste y me miraste de arriba a abajo, ya serio, muy serio- ¿Que pasa?

- Ese vestido...

- ¿Qué? ¿No te gusta?

-¿Que si no me gusta? - exclamaste- Tu con ese vestido en medio de una multitud de hombres en la tribuna... Dios casi te mataba.

- James -te dije tímidamente- nadie se habría fijado en mi.

-Estas bromeando -susurraste-

- No, seguro que no... hasta que me señalaste al final del partido. -sonreiste orgulloso de ese acto y miraste por la ventana-

- ¿ Quieres ir a un lugar?

- ¿Hay que pasar por esa ventana? - me miraste de arriba a abajo detenidamente-

- Si...

- Bien pasa tu primero y luego me ayudas. -tu maldeciste al ver que fui mas lista que tu-

Te levantaste del suelo y te acercaste a la ventana y la abriste. Pasaste con un movimiento confiado hacia el otro lado. Y me pregunté cuantas veces ya habías hecho esto, y cuántas mas ya habían pasado también.
Te detuviste y diste la vuelta para ayudarme. Pase una pierna, luego la mitad del cuerpo y la otra pierna. Que se me quedo enganchada al borde e hizo que caiga encima tuyo. Nos empezamos a reír fuertemente por lo estúpido que había sido eso. Me enderece quedando sentada encima tuyo. Te mire a los ojos y los vi más oscuros que antes.
Ya había visto esa expresión, en Travis, pero antes de que si quiera me levante tu en un movimiento rápido me levantaste y te paraste.

- Ven -agarraste mi mano y caminamos en silencio por detrás de las habitaciones.-

Llegamos a una escalera y me soltaste para subir. Yo te seguí detrás hasta llegar al tejado.

Me ayudaste en lo último y me quede parada allí, sorprendida. La vista era genial. Se veía toda la ciudad y las luces brillantes.

- Esto es asombroso -susurre-

- Lo sé -escuché tu risa- pero es un secreto que ahora lo sabes tú.

- ¿ Cómo lo descubriste? - me senté a tu lado-

Tu te pusiste serio. Tan serio, James, que tuve miedo por un momento.

-Me llamaron un día... - tu mirada se ensombrecio, me acerqué a ti y puse mi brazo al rededor de tu cintura-

- No tienes que decirme -me sonreiste- ¿Jugamos algo?

- ¿A que?

- Emm -mire a nuestro buscando algo... nada-

- ¿Las diez preguntas? -sugeriste y yo asentí - Bien... eh -pasaste una mano por tu mentón, pensativo- ¿Pizza o pasta? Debes saber que el apetito de una chica es importante para mí -yo me reí timidamente-

- Pues... ambos. La pizza es la comida más rica, pero la pasta tiene algo especial -tu asentiste- ¿ Cual es tu lugar favorito en el mundo?

- La vieja casa de campo de mi abuela-respondiste sin dudarlo un segundo- solía ir con mis primos en los veranos e íbamos al lago a nadar.

- Eso se oye genial.

- Lo era, tal vez este verano pueda ir de vuelta. Bien... ¿A dónde te gustaría viajar si pudieras?

- Uff... quiero conocer muchos lugares. Por ejemplo París la ciudad del amor, o Roma, o Italia.

Así estuvimos por horas. Conociéndonos el uno al otro. Tu te habías acostado con la cabeza en mis piernas y te habías dormido, supongo que el partido y el rato en la fiesta y nuestra charla te habían dejado agotado. Yo estaba observándote durmiendo. Parecías un angel, James. Tan tranquilo y relajado.

Yo quería que esto durara, y aunque en un momento no pareció así te juro que lo quería.
Me enamoré de ti al verte dormir. Sonreías, James, mientras soñabas, también dijiste mi nombre.

Y por eso me enamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora