Los dolores son pasajeros.
Dos días después...
Daphne.
A veces me sorprende mi capacidad para aguantar a una persona idiota. Albert no volvió a ponerse en contacto conmigo. Hace días que no lo volví a ver y tengo miedo de que la loca de Leah, le dé por vigilarme y atacarme cuando yo esté sola, en algún lugar de la calle. Estoy tan segura de que, si nos encontramos en la calle, me tira al primer auto en marcha, solo para verme sufrir o rogar por mi vida.
¿Cómo siguen mis golpes?
Bueno, tengo un ojo que ha perdido el color y tengo unos vasitos rotos. Mi labio inferior no corrió con la suerte de estar bien, ya que por lo menos no está más hinchado, pero igual está roto, con un poco de molestia y el dolor de mis costados ya es algo más pasable.
¿El problema ahora?
Pues, me llegó el período y siento que me muero con el dolor de vientre y todos los malestares que lo acompañan. La menstruación debería durar unos segundos y solo para avisarte de que no estás embarazada o enferma.
Pero no, ella llegó a acabar con tu paz mental y darte dolor abdominal... si es posible, morir de dolor.
—Pero la cena la habíamos planeado para esta semana, Daphne. El árbol de navidad debemos decorarlo pronto. ¿Por qué cambiaste de parecer? Yo también quiero participar en la decoración —pregunta, sin entender qué sucedía.
—Pues, en ese momento quería la cena para esos días, pero siento que las personas comen mucho y no me apetece compartir mi cena —ignoró sus intentos de puchero—, El árbol es un evento especial, pero tú siempre estás fuera y no llegarás a tiempo para decorar nada —suspiro exasperada.
—Daphne, por Dios, eso es lo más ilógico que me has dicho desde que estamos juntos —se levanta del sofá enojado—. Siempre llego veinte minutos después que tú y si llegaría para ayudarte. La comida podía decirle a alguien que la prepare y no gastamos la comida de nosotros. No me quieres hacer parte de tu vida...
—¿Quién dijo que no quería eso? —me levanto indignada del sofá, y lo veo dramáticamente—. Tú no me entiendes y jamás me has comprendido. No entiendo por qué te molestas conmigo ahora —lo dejó en la cocina con rostro de confusión y me voy a mi habitación.
—¡Estás loca, Daphne! ¡De verdad que estás muy loca! —gruñó cosas que no le di importancia.
No entendía las razones de su molestia, pero simplemente no quería verle la cara... Bueno, a los días me llegó el período y aquí estoy.
Primer día de sufrimiento y cólicos insoportables.
Morirme era una opción maravillosa, pero definitivamente, debía vivir para el próximo mes.
»*Pero es que no entiendo por qué no me quieres entender. O sea, no me queda la ropa. Nunca más crecí, mis senos son pequeños. Tengo unas horribles ganas de comer chocolate y a ti te dio por comprar chocolate, pero no el blanco. ¿Sabes lo horrible que es eso? Además, mi cabello está perdiendo brillo y yo estoy horrible. Lo peor es que tú sigues sin querer poner el árbol de navidad conmigo. Adiós y gracias por los días libres.
Hace unas horas le envié ese mensaje, pero qué importa si me deja en visto. O sea, me dejó en visto, pero está bien. Así es la vida de hoy en día, dependemos de una red social, para tirarle odio a quien nos desagrada.
En este momento, sería el que dice ser mi esposo.
También tengo un poco de deseo hacia él. Me cabrea que esté todo guapo y yo aquí, muriendo ahogada entre mis hormonas locas.
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Ámame si te atreves, jefe
RomanceLibro #1 Saga Rusos. La mayoría de nosotros esperamos encontrar un trabajo que nos haga suspirar, que nos haga amarlo hasta ir ascendiendo con esfuerzo y completa dedicación, pero no todo puede ser tan simple en esta vida. Sería demasiado fácil si t...