Horas más tarde...
Daphne.
No esperaba nada de Günther después de lo que sucedió en su oficina, pero las cosas no están saliendo muy bien. No siento nada por Sasha, pero sí me sorprendió verlo después de tantos años. No hablé de él porque lo había olvidado. Sí, su nombre y vivencias pasaron por mi mente más de una vez, pero nada que yo pudiera encontrar importante para comentarle.
Sasha me había abandonado y eso era todo.
Nunca le comenté nada sobre mi relación anterior, pero eso no quiere decir que no lo quiera en mi vida. Estaba tratando de hablar con él sobre lo de Hope, pero resulta ser que apareció otra persona que no esperaba.
No quiero perder a Günther, de verdad que me gusta mucho, lo quiero demasiado y no tengo la confianza suficiente en mí, para no lograr que se canse. Soy virgen y no quiero ser un juguete más para él. Termino de sacar las cajas para adornar el árbol de navidad, cuando escucho la puerta abrirse, levanto la vista y Günther, entra a la casa, revisando el celular.
—Llegaste... te estaba esperando —cierra la puerta, ignorando lo que dije—. ¿Vas a cenar y luego armamos el árbol? —me mira serio, empiezo a sentirme nerviosa, mientras agarro un pañuelo de navidad.
—Ya comí. Estoy cansado —sigue de largo y siento un nudo en la garganta.
—Günther, por favor... —se detiene, y se gira a verme fríamente, frunciendo el ceño.
Odio esto...
—¿Por favor, qué? —me interrumpe—. ¿Quieres que acabe mi molestia con solo pasar las horas? —se ríe molesto—. Pues, fíjate que no me da la gana. Tuve suficiente nada más con verlos a los dos. ¿Cuánto tiempo te tomó darte cuenta de que tu esposo estaba detrás de ti?
—Günther... —mira el árbol tras de mí y tensa la mandíbula.
—Esto es tan absurdo, que me cabrea más —traga grueso—. Me cabrea el hecho de saber que él conoce todo de ti. Sabe cómo eres, sabe cómo duermes, sabe cómo respiras y te pones nerviosa —tensa la mandíbula—. Sabe tanto de ti que lo odio con toda mi alma —suspira poniendo sus manos en puño—. A él si lo hiciste parte de tu vida y a mí solo me muestras lo que tú quieres que yo vea.
Se marcha sin dejarme responder.
Siento unas lágrimas caer, aprieto el pañuelo con fuerza hasta que siento un ardor en ellas. Las cosas no son así, yo le he mostrado como soy. Aunque no hablé sobre Sasha, mis sentimientos hacia él, son de verdad.
¿Por qué apareciste, Sasha? Me abandonaste, haciéndome sufrir y ahora regresas, años después, para hacer lo mismo.
[...]
Dos días habían pasado y Günther optó por no dirigirme la palabra. He intentado por todos los medios hablarle, pero no he podido. Simplemente no me deja ni siquiera acercarme.
—¿Daphne, estás bien? —la pregunta de mi Tina, me hace salir de mis pensamientos—. El jefe salió por una reunión y me pidió que te dijera que fueras a casa. No te necesitaba aquí, ya que tenías vacaciones. Me haré cargo de su agenda en tu ausencia.
—No, no estoy para nada bien —suspiro negando con la cabeza, le entrego la agenda—. No sé si Ivan te contó algo, pero desde hace dos días me ha estado evitando a toda costa.
—Sí, Ivan me lo ha contado todo. Debiste mencionarle como mínimo que habías tenido novio —la miro mal—. No me hagas malas caras, sabes que es verdad, Daphne.
—Todos tenemos un pasado, Tina —arrastra su silla a mi cubículo—. Pero no creí necesario tener que contarle algo que no era importante —protesto.
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Ámame si te atreves, jefe
Lãng mạnLibro #1 Saga Rusos. La mayoría de nosotros esperamos encontrar un trabajo que nos haga suspirar, que nos haga amarlo hasta ir ascendiendo con esfuerzo y completa dedicación, pero no todo puede ser tan simple en esta vida. Sería demasiado fácil si t...