uno

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El peliverde se despierta más temprano de lo normal, lleva teniendo la misma pesadilla meses, pero siente que jamás se logrará acostumbrar a ésta.

Tras despejarse un poco, baja las escaleras, para encontrarse con la nota que, no hace mucho tiempo, su madre ha debido de dejar para despedirse de él, pues no suelen verse demasiado.

Coge la caja de cereales y sin preocuparse demasiado por hacerse un desayuno algo más adecuado, se dirige al salón para zampar mientras ve Shin Chan, que sin duda alguna, sigue siendo su programa favorito desde la infancia.

Entra a WhatsApp y, sin en escasos segundos, su móvil se llena de notificaciones, las cuales sabe perfectamente de quién son.

Hoseok

HEY YOU ;-;

¿Qué haces despierto tan temprano?

¿Te apetecería una visita express?

Se molestaría en contestar, pero... ¿Para qué? Su amigo iría a casa por mucho que se negara y le dijera que le gustaría estar sólo, así que, después de leer los mensajes, sigue viendo la televisión sin más.

No logra explicarse cómo el chico ha llegado en apenas diez minutos cuando vive justo al otro lado de la ciudad, pero prefiere no preguntar.

—Ah... Te extrañé Yoongi-hyung. —Hace pucheros el moreno mientras le aprieta en un, demasiado largo abrazo, para su gusto.

—Me viste ayer. —Sentencia, consiguiendo al fin apartarse. —¿Quieres comida? —El contrario asiente. —Pues no hay para ti. —Se ríe de forma macabra mientras observa a Hoseok agrandar su labio inferior de manera casi imposible. —Está bien, pasa a la cocina, pero no me dejes sin refrigerios. No quiero que pase como la otra vez. —Y el menor corre hacia la puerta para obedecer sus órdenes.

En verdad, por mucho que Yoongi se empeñe en lo mucho que le gusta estar sólo, no cambiaría por nada la compañía de Hoseok. Son amigos desde la guardería, sus familias siempre han tenido una buena relación y eso los llevó a verse muchísimo durante su vida, por lo que no tardaron en coger confianza.

A pesar de que el peliverde es cerrado con sus asuntos y no le gusta compartirlos, más de una vez ha recibido ayuda del chico, incluso él ha consolado al moreno en los múltiples desamores que ha sufrido... ¿Por qué tenía que tener un amigo tan enamoradizo?

En resumidas cuentas, por mucho que Yoongi pueda hacer de rabiar al chico, y por mucho que pueda parecer tosco o frío con él, le quiere muchísimo, y Hoseok es consciente de ello, por eso ignora sus intentos de apartarse y siempre acaba achuchándolo a la mínima que puede.

Pronto llegan las ocho de la mañana y se encuentran entrando al instituto. Es el primer día tras las vacaciones de verano.

Si hubiera sido por él, se hubiera quedado hibernando cual marmota hasta que volviera el verano nuevamente, esos horarios deberían ser ilegales. 

El mayor va inmerso en su propia mente mientras el moreno no para de hablar de las nuevas reformas del edificio, o de la gran cantidad de personas que han llegado nuevas de otros lugares.

Y, aunque el comienzo del día transcurre con normalidad, a pesar de que la primera clase es tan dura como ver Free sin shippear, algo ocurre a la hora del almuerzo.

Yoongi siempre está en el punto de mira de los demás grupos, nadie duda en incitarle a que se siente con ellos, pero nunca hace caso.

Le hace gracia cómo las chicas babean por él por el simple hecho de parecer "misterioso e interesante", nada como que opinen sin ti sin conocerte.

Los chicos, por el contrario, no dejan de ofrecerle ingresar a alguno de sus clubes o cosas de machitos a full de testosterona, como son sus compañeros.

Se coloca al fondo, en una mesa algo alejada del resto, aunque su paz no dura lo que le gustaría pues Hoseok llega en unos segundos, a veces se ha replanteado que el chico puede percibir su olor incluso a kilómetros de distancia.

—Deberías considerar el empezar a esperarme a la salida de clase. No sabes las caminatas que me doy buscándote, Yoongi-hyung. —Dice, tomando asiento a su lado y sacando la comida de los recipientes para comer.

—Sí, debería... —Murmura antes de comenzar a masticar él también.

Se siente extraño. 

Es como si algo no funcionara del todo bien.

No suele tener ese tipo de sensaciones así como así, pero está inquieto. Aunque no sabe la razón y duda que tenga demasiado sentido estar nervioso sin motivo, hasta que el moreno da con la clave de ese extraño sentimiento.

—Oh, hay un chico ahí que no te quita el ojo de encima desde hace rato. —Sentencia el contrario, señalando con la mirada a un chico rubio que está en la mesa al frente de ellos. Está sentado solo, seguramente se trata de uno de los nuevos que han ingresado este año y por eso no tiene nadie con quién almorzar. Aquellos pensamientos pasan en escasas milésimas de segundo por su cabeza, hasta que vuelve a escuchar la voz de Hoseok. —Anda mira, viene para acá.

¿Desde cuando es normal que un desconocido se acerque con todas las confianzas a la hora sagrada, es decir, la hora del almuerzo, y sin mostrar ni un poco de timidez?

Y para colmo, Hoseok le recibe con los brazos abiertos.

El peliverde ni siquiera se ha presentado, su amigo lo ha hecho por él, tampoco está prestando mucha atención a lo que el chico nuevo comenta animadamente y con una sonrisa que parece que jamás se fuera a desvanecer de su rostro.

Repugnante.

Suspira y continúa comiendo. Aunque... ¿Cómo se supone que debe hacer eso si hay alguien que no deja de estudiar cada milímetro de su rostro en frente de él?

—¿Pasa algo con mi cara? —Pregunta al fin, sintiendo que no puede dejar pasar aquello pues se siente demasiado incómodo y expuesto ante los ojos del contrario.

—Eres lindo. 

Dos palabras.

Dos malditas palabras que condujeron a Min Yoongi a un agujero negro sin salida.

Éstas fueron el principio de su perdición.

Estúpido chico malditamente adorable.

·······························································

Hey hey 

Al fin empecé a escribir capítulos de este fic.

No sabéis las ganas que tenía!!!

En fin, sólo queda que disfrutéis leyéndolo y que la idea que tengo en mente se desarrolle correctamente.

Nos leemos ^^



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