cinco

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Cuando el moreno abre la puerta, lo último que esperaba encontrarse era a su amigo cabizbajo y luchando por no salir corriendo.

—Yoongi, ¿qué te pasa? —Pregunta, intentando intercambiar miradas con él, pero sin demasiado éxito.

—L-lo siento por lo del otro día... Yo en verdad no quería discutir contigo. —Se atreve a decir finalmente, haciendo que el contrario muera de ternura por el tono tímido con el que se ha expresado.

—Yo tampoco. —Le murmura mientras le abraza con fuerza, aunque demasiado teimpo para el peliverde, que lucha por apartarse finalmente. —Siento lo que te llamé... Simplemente no había tenido un buen día. —El bajo niega con la cabeza.

—Tenías razón, lo que dijiste fue cierto. Pero te prometo que me esforzaré por no ser así con la gente que intenta agradarnos. —Hoseok no pudo evitar soltar una risita y sonreír triunfante.

Yoongi en cambio planea cumplir su promesa, con cualquiera que no se trata de Taehyung, pues es imposible hacer tal esfuerzo para aguantarle.

El hecho de que su mejor amigo fuera a hacer un esfuerzo por él, le ponía de muy buen humor, porque sería capaz de ir a la luna y volver con tal de verle feliz.

—Vamos a clase anda, no querrás llegar tarde hoy también. —Y sin más dilación, cuando el moreno coge la mochila y las cosas necesarias, salen de casa en dirección al instituto.

—Entonces Sansa encerró a Ramsey donde guardaba sus perros y pues... —Es interrumpido por los gritos atronadores del contrario.

—¡Que dejes de hacerme puto spoiler de Juego de Tronos! —Yoongi se tapa la boca, haciéndose el loco. —La próxima vez que me vea una serie la voy a guardar en secreto hasta que vaya por el último capítulo. —Refunfuña Hoseok, hasta que a lo lejos se topa con la figura de Taehyung y decide correr hacia él para saludarle.

Por el contrario, el peliverde permanece calmado y simplemente camina hasta encontrarles, haciendo una venia con la cabeza a modo de saludo y sigue perdido en sus pensamientos, que en ese momento se basan en llorar internamente porque tiene que esperar hasta el domingo para ver el nuevo episodio de Shingeki No Kyojin.

—¿Tú qué opinas, Yoongi? —Escucha al rubio, pero no ha prestado atención al resto de la conversación, así que no entiende bien a qué se refieren, así que se dedica a asentir. —¡Perfecto, pues esta noche vemos una peli en mi casa! —Abre los ojos sorprendido, ¿enserio ha aceptado ir a casa del loco?

—¡Genial! —Dice emocionado Hoseok, que ahora ríe por algo que van comentando ambos.

El día no pasa tan rápido como le gustaría. 

Su amigo es el delegado de su clase, por lo que algunos recreos permanece en la sala de profesores con el resto de responsables, y ese era uno de esos recreos.

Por lo que se sienta sólo en la mesa y come despreocupado, esperando que llegue pronto la hora de volver a clase, irónico ¿eh?

Pero su soledad termina en cuanto Taehyung se sienta a su lado sin siquiera dedicarle una mirada ni preguntarle, el peliverde le juzga con los ojos, indicándole que estorba y que se vaya de su lado pues no le apetece estar con alguien que no sea su mejor amigo, pero éste le ignora.

—Deberías almorzar algo más nutritivo. —Sentencia mientras sigue dándole mordiscos a sus galletas. —Normal que te hayas quedado así de bajito. —Murmura.

—Métete en tus asuntos. —Dice completamente desquiciado, ahora observando su comida y después la del contrario, que lucía muchísimo más deliciosa.

—¿Quieres? —Le ofrece, pero niega rotundamente con la cabeza. No va a aceptar nada que provenga de ese sujeto, por mucho que su boca esté salivando demasiado en esos instantes. —Lo que tú digas, chico rudo. —Añade mordiendo nuevamente.

Observa cómo se le inflan las mejillas cuando mastica, haciendo caras extremadamente graciosas, y ve sus ojos hacerse más pequeños cuando traga y sonríe por lo delicioso que ha estado el bocado.

Cuando se encuentra a sí mismo embobado mirándole, agacha la mirada y toma el móvil para al menos entretenerse con algo y dejar de estar en las nubes.

Revisa su carpeta de memes de la galería, pues no tiene otra cosa mejor que hacer, ya que no tiene mensajes de nadie ni tampoco notificaciones de alguna otra aplicación, hasta que un aviso aparece en su pantalla.

Arquea ambas cejas al leer el nuevo WhatsApp que le acaba de llegar.

Rarito

Es de mala educación estar con el móvil mientras tienes a una persona a tu lado rogando por atención

Alza la vista y mira con indiferencia a Taehyung, que también tiene el móvil sobre la mesa.

—¿Enserio me acabas de hablar por mensaje pudiendo decírmelo a la cara? —El contrario asiente animado.

—Es que por WhatsApp eres más divertido... Aparte, así no puedes ignorarme, porque si lo haces, simplemente te mando muchos más mensajes y al final contestas. —Confiesa con una sonrisa de oreja a oreja en la cara. —Por cierto, vi un capítulo de El Mentalista ayer, para comentarlo contigo. —Yoongi se queda extrañado.

—¿De verdad? —Rasca su nuca, le llama la atención que lo haya hecho sólo porque él dijo que lo estaba viendo.

—Bueno... Más bien lo intenté. Me dormí a la mitad, Patrick Jane sí que es un entrometido... —Dice mientras rueda sus ojos.

—Mira quién habla. —Ríe con sorna.

—Yo sólo me entrometo en lo que realmente me interesa. —Y, tras dedicarle un guiño, toma sus cosas y se levanta de la mesa, dirigiéndose hacia la puerta del comedor y, una vez más dejándole sin saber qué decir.

En verdad odia a ese chico.

Odia sus múltiples mensajes, su maldita insistencia, la alegría que desprende a cada momento, el que desaparezca cada vez que dice algo demasiado comprometido, cómo le sonríe cuando él está enfadándose cada vez más, o las confianzas que se toma cuando sólo se conocen de unos días y ni siquiera pueden considerarse amigos.

Aunque sí que sabe que la noche anterior le sirvió de ayuda, pues gracias a él decidió que lo mejor sería disculparse cuanto antes con su mejor amigo.

Aún así, sigue sin soportarle.

Y nunca lo hará.

O al menos eso quiere creer.




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