cuatro

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Pero cuando sale de la tienda su cara cambia por completo.

Ha pillado unos fideos instantáneos y algunas latas de Coca Cola, duda que sea necesario comprar algo más.

Aunque encontrarse de frente con Taehyung esperándole en la puerta del recinto, no es lo que más quiere.

—¿Qué haces? —Dice a la defensiva, pues en verdad se ha asustado porque no esperaba verle allí, había bajado la guardia por completo cuando le vio salir minutos antes.

—No luces muy bien. —Yoongi abre mucho los ojos al escucharle decir aquello, ¿qué coño le importa a él cómo esté? —Sólo quería decirte que si quieres desahogarte o algo... —Y decide no dejarle terminar su discurso.

—No me pasa nada. Y tampoco te necesito. —Sentencia antes de tomar una dirección distinta para no enfrentarle nuevamente. Pero arquea las cejas al ver que el chico ha comenzado a caminar junto a él. —¿Y ahora qué?

—No te creo. —El peliverde comienza a reír.

—¿Y qué vas a hacer? ¿Seguirme hasta que te diga que tienes razón y te llore en el hombro contándote mis problemas imaginarios? ¡Eres muy divertido! 

Pretendía molestarle con aquellas palabras, pero el rubio simplemente continúa andando a su lado, con la vista fija en el horizonte y sonriendo.

—En verdad no. Sólo te voy a acompañar a casa. Cuando me pasan cosas feas no me gusta estar sólo... Supongo que a ti tampoco. —Yoongi cada vez está más nervioso. 

Aquel chico sigue su propio ritmo. Y sabe que diga lo que diga no le va a hacer cambiar de opinión, por lo que decide dejarlo estar.

—Haz lo que te salga de las narices. —Gruñe antes de seguir andando, ahora cabizbajo por la calle que cada vez está más oscura.

—Me encanta salir por la noche. Hay mucha gente que dice que es peligroso y eso, pero... ¿no es genial estar solo, mirar hacia el cielo y poder ver las estrellas? —El peliverde mira hacia la derecha, para encontrarse con Taehyung que en ese preciso instante, está con la cabeza alzada y observando lo que acaba de nombrar.

Duda unos segundos antes de imitarle y siente cómo el peso se va disminuyendo de su cuerpo.

Sí es cierto que no se encontraba del todo bien, quiere mucho a Hoseok y nunca antes había tenido una discusión, por pequeña que fuese. Sabe bien que está mal acostumbrado a la bondad del moreno, pues la mayoría de las veces, éste se dedica a hacer lo que él pide o a darle la razón.

Suspira.

Sin querer, ambos están parados, y cuando se da cuenta, agacha su rostro, se había quedado estático mirando las estrellas durante un rato, casi sin querer.

Pero Taehyung ya no estaba observando el cielo, le miraba directamente a él.

—Me alegro de haberte hecho sonreír. —Dice antes de aprisionar su labio inferior contra los dientes.

El más bajo ahora es consciente de que había esbozado una sonrisa mientras recordaba los tiempos vividos junto a su amigo.

Lo mejor sería pedirle perdón cuanto antes si no quería que las cosas se pusieran aún más feas.

—Vamos. —Murmura antes de emprender nuevamente el camino hasta su casa.

El rubio no le quita el ojo de encima y eso le pone bastante nervioso, pero agradece que no tardan mucho en llegar.

—Oh... ¿Es aquí? ¡Tu casa es genial! —Exclama Taehyung cuando ve que su acompañante ha parado en frente del recinto.

—Supongo. —Llega a la puerta y abre con rudeza. Completamente decidido a cerrarla directamente y no dedicarle más palabras al contrario, pero su consciencia se lo impide. —Adiós. —Susurra en un tono casi inaudible, pero no para los oídos del rubio.

disconnected! 📳 [taegi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora