Aun no

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Norte de Tokio.

—Entonces ¿Bakugou los descubrió?

—Así parece.

—Si eso es cierto... ¿Podrías decirme la razón por la que aun sigues con vida?

Rio un poco sarcástico ante la pregunta de su superior —Estoy con vida pero no ileso —mostro su brazo herido con un trozo de gaza por debajo de su hombro copado de sangre —El maldito francotirador logro darme.

—Debieron ver algo muy bueno para que enviaran un francotirador por ustedes

El subordinado sonrió sádico mientras lanzaba varias fotos de una mujer sobre una mesa —Doctora Camie; es cardióloga en el hospital Yuuei.

—El hospital donde Katsuki estuvo metido el mes pasado.

—Se, ayer después de salir de un edificio de apartamentos; Katsuki fue al hospital a encontrarse con la mujer. Pasaron la noche en un hotel y en la mañana se separaron; la mujer salió primero. —destaco con su índice la fotografía de la doctora abordando un auto negro. —Kaminari fue quien la transportó. Una hora después, Katsuki salió del hotel y... sucedió lo que tenía que suceder. —culmino mientras señalaba la herida de su brazo.

— ¿Que hacía en ese complejo de apartamentos?

—Fue a cobrar. —paso la foto está vez de un hombre. —Este sujeto vive ahí, tal parece le debe dinero a los Aizawa

— ¿De cuánto dinero estamos hablando?

—No lo sé.

—Entonces averígualo. Averigua donde trabaja; su familia; amigos, todo. También averigua qué otras personas le deben dinero a los Aizawa ¿Entendido, Dabi?

El contrario suspiro y asintió ante el mandato de su jefe. Estaba cansado, después de todo era malditamente difícil seguirle al paso al Yakuza y más cuando esté intercambiaba de auto como de calzoncillos.

...

Aizawa, Bakugou y el menor de los Todorokis observaban como el barco que transportaba a sus queridas compañeras se alejaba de sus vistas poco a poco hasta perderse en el horizonte.

—A partir de hoy serás nuestro prisionero. —hablo el mayor mientras daba media vuelta y se dirigía a uno de sus autos. —Pero no te preocupes, siempre y cuando mantengas tu promesa te trataremos bien. —abordo su vehículo y partió al encuentro con su esposa en la casa principal.

El bicolor se limitó a guardar silencio y seguir los pasos que Bakugou le indicaba, aunque ambos clanes lograrán llegar a un acuerdo mutuo, no podía negar la posibilidad de ataque ya que aún se encontraba en territorio enemigo.

— ¿Cómo está el, Bakugou? —pregunto al rubio una vez llegaron a lo que parecía ser un edificio abandonado, atrás de ellos siguiendo atentamente sus pasos; se encontraba Tetsutetsu quien había sido asignado como supuesto guardaespaldas de Todoroki.

—Si con "el" te refieres a Inasa, no te preocupes, lo mantendré a raya.

—No me refería a eso. —Detuvo su andar —Me gustaría hablar con él. —la determinación en esos ojos con heterocromia era enorme. En definitiva, no era un juego.

Katsuki dudo, un reencuentro entre Inasa y un Todoroki podría echar todo el plan a la mierda y más si se trataba de Shoto, no había dudas de que el calvo acabaría con la vida del bicolor sin siquiera pensarlo. — ¡Ja! ¿Hablar con él? ¿Acaso quieres morir niño lindo? —se acercó de manera amenazante al heredero. —No voy a dejar que Inasa te vea hasta que ellas regresen, así tu sombra pechugona será testigo de tu muerte.

Mi salvación - Sñr. Yakuza Sñr. DoctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora