¿Que?

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Los pensamientos de Izuku eran un desastre, aun no asimilaba lo ocurrido, estaba en la mitad del pasillo murmurando un sinnúmero de posibilidades que explicaran las acciones del rubio cuando una mano sobre su hombro lo regreso a la realidad.

-¿Midoriya-kun te encuentras bien? –Izuku giro rápidamente para encontrarse con la familiar voz.

-¡Iida-kun!

-No es bueno quedarse parado en la mitad del pasillo, estabas realmente sumido en tus pensamientos ¿sucedió algo? –el chico aun nervioso, le regalo una sonrisa a su compañero y aseguro que todo estaba bien pero el contrario no le creyó en absoluto, tenía el presentimiento que los yakuzas eran los culpables de la incomodidad de su amigo.

-Midoriya-kun si algo te molesta deberías decirlo, no es bueno guardarse todo para sí mismo. –el peliverde conmovido por las palabras de Tenya estuvo tentado a contarle todo lo que sucedía pero sintió que aún no era el momento.

-Iida-kun, cuando sea el momento ¿estarías dispuesto a escuchar todo lo que tengo que decir? –el chico de gafas asintió fuertemente mente mientras que el contrario respondió con una sonrisa. Ambos empezaron a caminar juntos con dirección al cuarto de descanso al punto en que fueron interceptados por el director del hospital. -¡Oh! joven Midoriya y joven Iida, justamente los estaba buscando. –ambos chicos miraron confundidos. –Joven Iida, necesito que entregues estos papeles a tu hermano, por favor dile que los lea y me informe si encuentra alguna irregularidad. –el de gafas asintió y se retiró inmediatamente, enseguida Toshinori desvió la mirada al joven peliverde. –Joven Midoriya tú me acompañaras a mi oficina. –era normal que el director le convocara, pero por alguna razón esta vez se sentía diferente.

...

Al otro lado de Japón, gritos desgarradores se escuchaban dentro de una pequeña habitación. Un chico con cabello peculiar se encontraba colgado del techo como animal, su cuerpo estaba repleto de heridas, el suelo lleno de sangre y sus signos vitales apenas y respondían, todo esto símbolo de que estaba siendo torturado

–Entonces, ¿debería continuar o me dirás el nombre del clan con quién trabajan?

– Si me dejaras tocar tus tetas talvez hablaría – rio sutilmente, al mismo tiempo que era golpeado en el rostro.

La persona encargada de la torturar ya estaba cansada, había pasado una semana y el chico lo único que quería era tetas.

– Ya es suficiente, si no quiere hablar será mejor enterrarlo. –una voz ronca y tosca rebosó en la habitación, el chico que estaba al hilo de lo inconsciente regreso a sus sentidos, miro con odió a quien salía de la oscuridad y se le acercaba lentamente hasta quedar a unos centímetros de su rostro.

– ¡Maldito bastardo! –escupió en la cara del sujeto a unos centímetros. – ¡Yamada-san no permitirá que alguien como tú lo controle! me... –el sonido de una bala atravesando el cráneo del chico silencio por completo la habitación.

– Toga, llama a los de la limpieza, diles que dejen el cuerpo en un lugar donde sea fácil encontrarlo... También llama al rastreador...

...

Midoriya se dirigía a la habitación de Eijiro nerviosamente, la conversación que había tenido hace unos minutos con Toshinori le había afectado bastante, pensaba en las palabras correctas que iba a decir, de repente fue jalado de su brazo hacia la pared.

–Si no miras por donde caminas puedes ocasionar un accidente Izuku. –una camilla era empujada rápidamente por el pasillo y el joven estaba en la mitad como esperando a ser arrollado.

–Muchas gracias por eso, lo siento pero venía un poco distraído – le sonreía tranquilamente a su salvador hasta percatarse de quién era.

– ¡Hitoshi-Kun! –la expresión del peliverde cambio completamente, un rostro de felicidad se dibujó completamente. – ¿Cuándo volviste? Pensé que te quedarías en Rusia para siempre ¿Porque no me dijiste nada?

– Oh, sorpresa. Regresé ayer por la mañana, vine al hospital hablar con Toshinori-san sobre algunas cosas que me gustaría implementar, talvez me quedé por un tiempo. –empezaron a caminar mientras Shinsou explicaba y respondía las preguntas de Midoriya.

La conversación era agradable, Shinsou era su preciado amigo o talvez más que eso. Izuku lo sabía, desde niño lo sabía, su atracción hacia las mujeres era nula, siempre fue consciente de que le atraían los hombres; pero no fue hasta la escuela media que se dio cuenta de los sentimientos que tenía hacia su amigo Shinsou, lo amaba y apreciaba mucho y por esa misma razón decidió encerrar su corazón durante varios años, siempre observando la espalda de su amigo, siempre estando a su lado, siempre cuidandolo, hasta que la inevitable noticia rompió su ser en mil pedazos, Hitoshi se casaría, aunque muriese por dentro apoyaría a su amigo, verlo feliz al lado de la mujer que ama era suficiente para el, estaba bien ¿no? No podía culpar a nadie, nunca se confesó así que ¿como él iba saber acerca de sus sentimientos?, si su amigo era feliz él también lo seria. El día de la boda aunque fuera el padrino y estuviera sonriendo, sentía que algo le era arrancado del pecho, era inevitable no llorar así que invento una excusa para no ir a la recepción y marcharse directamente a su casa ahogarse en alcohol. Fue unos años después que la gran noticia de que Hitoshi seria padre fue dada al joven peliverde, una puñalada más a su ya destrozado corazón, estaba bien, Shinsou era el hombre más feliz del mundo así que estaba bien.

Cuando se enteró de que este se iría al extranjero sintió un poco de alivio, que trabajaran en el mismo hospital no le ayudaba a matar aquellos sentimientos, ahora tres años después no sabe si logro su cometido pues mientras caminaban juntos su corazón ya no palpitaba como en aquella época pero aun existía un pequeño sentimiento que le incomodaba, no sabía que era.

Por su lado Katsuki apenas y había terminado su acto lujurioso en el baño, mientras lavaba sus manos maldecía una y otra vez, no sabía que le sucedía, regresaría a la habitación sin antes desviarse a una máquina expendedora y comprar algunas bebidas, tomo las que parecían de su agrado y se marchó, recordó que Sero traería visita así que apresuro su paso a la habitación, al cruzar el pasillo una llamativa cabellera verde desvío su atención, era a la última persona que quería ver en ese momento aunque algo más llamaba su interés, el hombre de aspecto sombrío que se encontraba a su lado no le agradaba en absoluto algo en ese sujeto lo enojaba. Observo como plácidamente estos dos charlaban, sin embargo lo que más destacaba eran las expresiones de felicidad del pequeño doctor, expresiones que nunca había visto cosa que le molestaba, molestia que se transformó en enojo cuando el ojeroso todo sonriente acaricio la cabeza del peliverde haciendo que este mostrara un pequeño sonrojo. Katsuki quien tenía una lata en su mano derecha la aplasto por impulso, sintió un pequeño dolor en su pecho que fue interpretado como enojo, observo un rato más la escena donde el peliverde daba sonrisas y sonrojos a su acompañante, sonrisas que nunca le fueron mostradas a él.

Con su "enojo" a flor de piel regreso a la habitación, lanzó las bebidas a Kaminari y Kirishima seguidamente se acomodó en el sofá con cara de pocos amigos, los otros dos decidieron no preguntar e ignorar al rubio. Minutos después Midoriya se hizo presente con la intención de contar su "identidad" pero el miedo le invadió al momento de ver al ojos rubíes acercándose rápidamente hacia el.

Katsuki tenía la intención de interrogarlo en otra habitación, ya lo tenía tomado del brazo cuando escucho la puerta abrirse.

– ¡PAPA! –una pequeña niña saltaba alegremente hacía los brazos del rubio, el aura del yakuza cambio completamente al recibir a la pequeña en brazos. Midoriya Izuku estaba realmente impactado ante tal declaración. Ese tipo tiene... ¿una hija?...   

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Gracias por leer 😘😘😘

Tenía pensado hacerlo más largo pero estoy en parciales así que ne

Besitos

Mi salvación - Sñr. Yakuza Sñr. DoctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora