Rei Todoroki

2.3K 319 76
                                    

Nadie cedía miradas y mucho menos bajaban sus armas. Hawks apuntando a la cabeza de Inasa mientras este apuntaba a Enji, Natsu regresó a la posición de amenazar a su madre mientras su progenitor le apuntaba a él. El único desinteresado en participar en el tan peculiar y amenazador juego era el menor de los Todorokis.

— Quién diría que el juguete de mi hijo regresaría para matarme — Bufo el mayor mientras se carcajeaba con el dulce sonido de la muerte de fondo.

Inasa apretó sus armas con furia dispuesto a dispararle, pero… el insistente cañón rozando sus cortos cabellos capilares se lo impedía. —Ni se te ocurra. —advirtió el rubio retirando el seguro de su glock.

—Natsu ¿Por qué apuntas un arma contra mama? —Pregunto nervioso al ver la determinación de su hermano mayor en arrancar la carente vida de la albina.

—Tal vez papa quiera responderte esa pregunta — El bicolor miro al mayor —Tal parece papa tiene muchos secretos guardados. —empujo el cañón contra la frente de la mujer haciendo que Enji respingara ante tan provocativo acto violento. — ¿Verdad papa?

— ¿Qué estas ocultando, padre? —preguntó Shoto al ver que tal información era capaz de transformar a su pacifico hermano en alguien violento capaz de asesinar a sangre fría.

Los ojos aqua de Enji miraron al menor de sus hijos  a la par que alejaba su arma de Natsu para apuntar a la pelinegra en los brazos del heterocromatico. — ¿Crees que estas en condiciones de exigir algo, Shoto?

Cuatro disparos resonaron en el lugar indicando que alguien había dejado de vivir... o más bien, varias personas trascendieron a otro mundo. Tres hombres a espaldas de Shoto habían muerto a manos de Endeavor, al mismo tiempo que este recibía el fulminante plomo en su pecho. —Cierra la puerta Hawks. No quiero nadie más entre a esta habitación. —hablo imponente mientras se despojaba de su Beretta dorada, caía de rodillas al suelo y apoyaba su torso en la cama de su esposa; la debilidad provocada por la enorme pérdida de sangre lo estaba matando lentamente, sumado al nuevo desgarre de su pecho y posiblemente de uno de sus pulmones. Aquel ágil francotirador había logrado destrozarle fácilmente gran parte de su sistema digestivo y aun pero, el peligroso plomo aun permeancia cautivo en su organismo. —Hawks —volvio a llamar al rubio mientras estiraba su mano intentando encontrar algo entre las sábanas blancas. —Dile a todos que evacuen a la casa de Shanghai, esa será la nueva sede principal. —su voz era débil pero firmé, todos en silencio sepulcral pero ensimismados ante las últimas órdenes del hombre que dominaba la mafia china en base al terror. —Lleva todo lo necesario para iniciar desde cero... a partir de ahora, tú y todo aquel que decida quedarse estará bajo las órdenes de Shoto. — al fin su mano dejo de moverse al hallar tan anhelado objeto; la delgada, suave y pequeña mano de su amada esposa.

Estaba dolido, la persona que tanto amaba estaba muriendo frente a sus ojos y no podía hacer nada para evitarlo. Juro completa lealtad a su existencia y ahora este le pedia abandonarlo en las cenizas de un macabro imperio mientras se aferraba desesperadamente a la mano de su esposa... demasiado cruel y egoísta.

—Lo siento, Hawks. —escucho una vez puso su pie fuera en la habitación. Se tragó sus propias palabras junto a los sentimientos que solo pertenecían a ese hombre. La agria saliva bajó con dolor por su garganta a la par que una pequeña chispa de un oscuro sentimiento yacía lentamente en su pecho. Celos; celos de no ser la persona con la que Endeavor deseaba pasar sus últimos momentos de vida.

Realmente egoísta.

Seis personas yacías dentro del último lugar donde parecía no haber llegado el caos de una confusa guerra, seis personas donde dos estaban completamente inconscientes, dos buscaban respuestas, una estaba sedienta de venganza y el último ante las puertas de un infierno que le consumiría al instante de cerrar sus ojos.

Mi salvación - Sñr. Yakuza Sñr. DoctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora