La bala traspaso su hombro y en milisegundos termino depositada en el abdomen de Enji.
No podía creerlo, el dolor y Ardo en ese rincón de su cuerpo era inimaginable, el carmesí deslizándose por su brazo y parte del pecho era caliente, sentía que en cualquier momento su propia sangre empezaría a quemarle. Tomó el lugar rebosante de tan alarmante líquido y contrajo su garganta dejando salir un desgarrador grito lleno de sufrimiento y pánico... Por eso escogió la prostitución antes que la mafia, por eso prefiero vender su cuerpo antes que poner su vida en riesgo. Sus clientes eran amables, cariñosos y detallistas con ella; por su puesto había sadomasoquismo y orgías... pero eso no se comparaba al dolor que estaba sintiendo en ese momento, en absoluto.
"Vivamos juntos"
Las palabras de aquel cliente que nunca la tocó pasaron por su mente. La escena del hombre pidiéndole matrimonio y ofreciéndole la mismísima felicidad se formó en sus últimos minutos de conciencia.
...
Tres años atrás...— Te amo Jirou
Tales palabras interrumpieron el destino del taco de marihuana en sus delgados dedos a sus provocativos labios con brillo natural. Le miró con impresión y segundos después rio.
—He dormido con tantos hombres que ya perdí la cuenta... y del mismo modo, he escuchado esas mismas palabras vacías una y otra vez.
— Jirou... — se acercó a la mujer y tomó su mano para alejar la droga de sus labios — No quiero que me veas cómo uno de tus clientes. Pago porque es la única forma en que puedo verte y pasar tiempo contigo. No estoy aquí para tener sexo fácil e irme como si nada, quiero hacer las cosas bien, los regalos que traigo no son un premio por hacer tu trabajo, son regalos para ti, porque te amo, porque quiero verte sonreír, porque deseo enamorarte. No prometo llenarte de lujos y mucho menos bajarte la luna, pero si te ofrezco el hacerte feliz. — acarició la delgada mano y depósito un suave beso en la nívea piel.
— Ochenta millones. — dijo sin mirarlo a los ojos. El hombre levantó su rostro al escuchar tal cifra saliendo de los labios de su acompañante. —Debes pagar al clan ochenta millones para dejarme libre.
Estaba mintiendo, aunque la hermandad entre los Aizawa fuera fuerte, podía dejar el clan y casarse en cualquier momento, Bakugou y Aizawa se lo repetían a las prostitutas una y otra vez, nada les impedía irse... sin embargo, al escuchar tal combinación de números, los hombres huían y no volvían a tocar el tema de casarse. Estaba segura que con el presente pasaría lo mismo.
— No puedo —bajo su mirada y apretó la tela de sus pantalones
"ves, todos son iguales, dicen amar pero al primer obstáculo ese amor desaparece " pensó a la par que volvía a intentar fumar la marihuana entre su dedos...
— Ahora mismo no puedo. — Detuvo nuevamente el viaje del veneno a sus labios —Pero en tres años prometo tener el dinero reunido. —en sus ojos se veía completa determinación, no estaba mintiendo y no parecía que se fuera a darse por vencido.
Impresionante, nunca nadie había superado tal prueba, nunca nadie le había dicho tales palabras, nunca nadie había logrado hacer que su corazón latiera de la manera en que ese hombre estaba empezando hacerlo.
...
— ¡Jirou, quédate conmigo! —dijo la castaña mientras la tomaba en brazos y trataba de aliviarle la hemorragia en su hombro. — ¡Kyouka! —sus ojos iban perdiendo poco a poco brillo indicando que pronto se desmayaría.
—O... Ochako...
—Kyoka no hables —sabía que no moriría por una bala en el hombro, pero en las circunstancias actuales podrían llevarla al desangre
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Mi salvación - Sñr. Yakuza Sñr. Doctor
FanfictionIzuku un doctor se encuentra con katsuki un Yakuza herido, mientras esté trata de sanarlo el Yakuza queda cautivado por el gentil toque de aquel doctor, que parecía una oveja asustada de un lobo. Pero señor Yakuza había perdido tanta sangre a causa...