Minutos antes
Continuo su camino sin importancia alguna dejando los cadáveres y la sangre atrás, cruzo el pasillo y su sonrisa se hizo grande al encontrarse con la sombra de su hijo; Yaoyorozu Momo.
Camino imponente hacia la mujer mientras se iba deshaciendo de sus armas en el camino; una Beretta nueve milímetros bañada en oro y tres navajas militares de diferentes tamaños cayeron al suelo.
—Esta es tu oportunidad para huir. —hablo el mayor deteniéndose a dos metros de distancia y mirándola como escoria. Estaba dispuesto a enfrentarla a puño limpio
La mujer no dio importancia a aquellas palabras, simplemente desenfundo su AK-47 y apunto al pecho de Endeavor. Sabía con quien se enfrenta y sabía que perdería... pero aun así no iba a retroceder, solo debía ganar tiempo hasta que la castaña llegara a la habitación y así su misión se completaría. Daría su vida si fuera necesario para cumplir las órdenes de Shoto.
—Veamos que te enseño mi tonto hijo. — Sonrió con enormidad a la par que la mujer iniciaba una seria de disparos consecutivos que le fueron fáciles de esquivar.
rápidamente se acercó a Momo y la tomo de su mano dominante donde poseía el arma de fuego, un poco de fuerza y su muñeca se rompería o eso planeaba; la pelinegra ágilmente se trepo al brazo del hombre logrando aplicar una llave con la cual si hacia un movimiento en falso, el codo del líder se desencajaría con facilidad.
El tiempo corría y ella estaba logrando su objetivo en mantener a Enji ocupado, todo iba muy bien, demasiado bien en su opinión. El hombre parecía haberse rendido con solo aplicar una pequeña llave en su brazo dominante, si era si, de seguro esa sería una buena oportunidad para matarlo. Sin que este se diera cuenta saco una navaja de los accesorios en su cintura y la elevo para clavarla en la yugular del gran Todoroki, desafortunadamente tal acción nunca ocurrió; Enji dio un giro repentino haciendo que la azabache chocara con la pared mientras aun sostenía el arma blanca en su mano.
Golpeaba una y otra vez a la mujer contra el muro cual trapo viejo. — ¿Esto fue lo que te enseño Shoto? —Grito mientras un sonrisa en su rostro se dibujaba por la línea de sangre que empezaba a caer por la frente de la fémina — ¿Es esto todo lo que tienes? — una vez sintió la debilidad en el agarre de su brazo la lanzo a la pared contraria. — ¿Con esta fuerza pretendes proteger a mi hijo, pretendes proteger al clan? —Camino hacia la inmóvil mujer — ¡Solo era un tonto perro que recogí de la calle por lástima! ¡No eres nada más que eso!
Con su vista nubla por los fuertes impactos, logro arrastrase hasta el cuchillo que había caído a unos centímetros de ella. Lo tomo entre sus manos y se puso de pie dispuesta a enfrentar nuevamente al Mayor.
Completamente inútil
Enji predecía con facilidad todo sus movimientos, logrando así, que este pudiera acertar golpes las veces que supuestamente se acercaba la mujer a atacarle; golpes en el estómago, rostro, piernas y espalda... un jodido martirio para la maltratada chica.
— ¡Seguir Shoto te hizo débil, debiste permanecer bajo mi mano!... de seguro serias más fuerte que esto — esquivo una vez más el intento de ataque y la pateo en la espalda haciendo que callera. —No me sirves ni para el calentamiento. —se acercó a la dama quien intentaba alcanzar el cuchillo el cuchillo nuevamente. Sonrió, le perecía divertido ver como la mujer que podría haberse convertido en la mejor mercenaria de su generación se arrastraba por una pequeña esperanza, por un pequeño cuchillo.
Había desperdiciado su capacidad por algo tan tonto como un amor no correspondido
Su intento por recupera su navaja fue en vano al sentir la costosa suela del zapato de Enji sobre su mano pisando fuerte, tanto que podía sentir como sus huesos se iban fracturando poco a poco. Los gritos de dolor no esperaron en llenar el pasillo.
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Mi salvación - Sñr. Yakuza Sñr. Doctor
FanficIzuku un doctor se encuentra con katsuki un Yakuza herido, mientras esté trata de sanarlo el Yakuza queda cautivado por el gentil toque de aquel doctor, que parecía una oveja asustada de un lobo. Pero señor Yakuza había perdido tanta sangre a causa...