Capitulo uno #1 (El Comienzo)

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Desperté como todos los días, encaminándome hacia la búsqueda de una taza de café antes de dirigirme a la preparatoria, como parte de mi rutina habitual. Las miradas gélidas que recibí al entrar al salón de clases parecían traspasarme. ¿Qué puedo decir? Mi reputación carece de interés y se evapora en el aire. En la cafetería, abarrotada por más de mil estudiantes, al sentarme en alguna mesa, esta se vacía como si fuera la peor de las bestias. Solo un lugar en esta institución educativa me brinda calma, aunque para algunos sea simplemente una terraza común y corriente; para mí, representa una vía de escape de esta abrumadora realidad. Basta con cerrar los ojos y experimentar una breve pausa en esta vida vertiginosa.

¿Por qué estoy huyendo? ¿Por qué me extienden la mano? ¿Quiénes son? ¿Este reflejo no puede ser yo? ¡¿Quién me llama?!... Me despierto de la misma pesadilla de siempre, pero esta vez algo es distinto. Al abrir los ojos, una hermosa chica de cabello rubio ligeramente despeinado pero cautivadoramente atractiva, que aparenta cierta distracción y falta de temor, me dice: "¡Hola! ¿Quieres ser mi amigo?" Una pregunta que crea una atmósfera tensa. Después de unos minutos de desconcierto, le respondo: "¿Qué dices?" Estaba aturdido, ¿en serio? La observaba mientras mis pensamientos se agolpaban.

"Hola, soy Susan. No he obtenido respuesta. ¿Te gustaría ser mi amigo?"

Pienso que tal vez haya perdido una apuesta o que esto sea simplemente una broma. Sin vacilar, me levanto del cómodo suelo y, sin responder, me retiro hacia casa.

Al despertar al día siguiente, después de una noche reflexionando sobre esa chica, cuyo nombre me resulta indiferente, me acerco a un individuo temido y odiado por los demás. No obstante, después de meditarlo, decido que no debería preocuparme, tan solo debería acostumbrarme. La taza de café parece más pesada hoy.

Otro día en el aula, con las miradas habituales. Una nueva estudiante se transfiere. ¿Casualidad? Es la misma de ayer. Al presentarse ante la clase, me observa y sin dudar solicita sentarse a mi lado. Tanto yo como el resto de la clase nos sorprendemos ante algo tan absurdo. Se acerca a mí, extiende la mano y, con la atención de todos puesta en nosotros, me dice:

"¡Hola! ¿Quieres ser mi amigo?"

La misma pregunta de ayer, cuya respuesta se reduce a un simple sí o a un no. Una forma de escapar que pensé sería decir simplemente sí, con la intención de descubrir hasta dónde llegaría esa falsedad... Suspiro y estrecho su mano. ¡Sí, quiero ser tu amigo! Mi nombre es Soul Hope.

REALIDAD SIN MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora