Capítulo 10

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Camille

Smoky y yo hemos salimos a correr todas las mañanas que se ha quedado en casa. Obviamente el espacio es pequeño para que se mueva lo suficiente y leí en internet que deben tener actividad física o sus músculos se podrían atrofiar. No sé mucho del cuidado de perros de su raza por lo que cualquier duda la consulto en internet.
Por su puesto que con su "padre" no lo consultaría, si tan solo contestará lo tomaría en cuenta.

Al principio lo hacíamos sin rumbo alguno, cerca del edificio no hay parques por lo que le dábamos vueltas a la manzana y regresabamos.

Un día sin querer encontramos uno no muy cerca, habíamos caminado demasiado que incluso nos perdimos, tuve que usar Google Maps para regresar.

Tomo asiento en la banca de siempre y suelto la correa de Smoky para que corra un poco. Cerca de ahí hay un puesto de revistas por lo que compro una para pasar el rato.

A mitad de mi lectura subo la vista para supervisar a mi amigo, sin embargo no hay rastro de él.

Lo que me faltaba.

Rápidamente pregunto a las pocas personas cerca si lo han visto, pero su respuesta es negativa. Camino apresurada llamando su nombre y silbando.

¿En que momento el parque se volvió tan grande? Juraba que era una cuarta parte de Central Park, incluso menos.

¡Dios! Thomas me va a matar si no lo encuentro. Es más, ya me veo en el libro de Guinness World Records como el matrimonio mas corto de la historia. Ni el mes llevamos.

Después de aproximadamente quince minutos de búsqueda e histeria, lo veo, está a escasos metros en donde se encuentra el área de juegos infantiles. Una niña como de unos cuatro o cinco años lo acaricia y juega con el.

Wens tenía razón al llamarlo traidor.

Al verme, el can se aleja de la niña y corre hacia mí. Lo siento niña, así son todos, te cambian por la que mas les conviene.

Que ni crea que así lo voy a perdonar. Si hubiera sido mi mamá y el un niño, el pobre se llevaría la regañada de su vida con unos cuantos golpes y de seguro no saldría ni a la esquina.

-Me haz metido el susto de mi vida- digo acariciandolo - creo que hasta me han salido canas-.

-¡Papá! ¡¿Qué es canas?!- la niña grita a su padre, que supongo esta un poco alejado de nosotras.

-Cielo no molestes a las per... ¿Camille?-

Bien.

Dame dos minutos por favor, creo que de pronto hace mucho calor aquí.

Listo.

Tayler carga a la niña en sus brazos y sí mis oídos no mienten le ha llamado papá. Y no es que este mal o lo juzgaré por ello, es solo que me ha tomado por sorpresa.

Ahora comprendo lo que ha dicho la otra noche.

-¿No sabia que venias por aquí? Digo, con frecuencia vengo y pues... no te había visto-

Casi Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora