Capítulo 14

6.7K 415 24
                                    


Camille

-Y bien, ¿como me veo?- doy una vuelta para que pueda verme de todos los ángulos.

-Estas que ardes- hace "ese" sonido para describirme.

-¿No crees que esta demasiado exagerado?- hago referencias al pronunciado escote en "V", el cual termina a la altura de mi cintura.

-Amiga, si Dios, tu mamá y un mes de Gym te dieron ese cuerpo, luce lo con orgullo- responde a través del computador.

Recibo un texto de Thomas avisando que su hermano espera afuera acompañado de un "Diviertete". Thomas a salido desde muy temprano, no lo vi al despertar, supongo que todo este asunto de su padre y su ascenso a la presidencia oficialmente lo tiene muy nervioso y abrumado. Tiene que dar una buena impresión, supongo.

Finalizo la videollamada con Wens y meto lo que creo necesario en un pequeño bolso a juego con mi outfit. El Audi de David espera al igual que su  chófer, el cual amablemente sostiene la puerta trasera, donde mi cuñado yace sentado usando un fino y planchado smoking. Su indiferente rostro me recibe por lo que sólo hago un gesto en forma de saludo. Ya en camino pregunta:

-¿Como la llevas con mi hermano?- intenta entablar una conversación.

-Nos llevamos bien, que es lo importante- lo último lo digas más para mi en voz baja.

-Ya veo- concluye.

En los siguientes minutos es sólo silencio. En ocasiones hablo con su chófer, cuyo nombre es Richard, pero no dura mucho ya que la oponente mirada de David lo hace callar. Sin embargo eso no me impide seguir charlando con él. Me deleita ver su rostro de irritación en cada vez que le pregunto a Richard.

(...)

-¡Camille!- Amanda me abraza efusiva- ¡Dios! te ves preciosa-

-Gracias, tu igual estas espectacular- sus ojos pasan a mi acompañante- Thomas manda disculpas, ha tenido que trabajar hoy y David se ofreció a venir- explico ante su mirada confusa.

-Felicidades Amy, ¿Quién es el afortunado?- David hecha un vistazo alrededor intentando reconocerlo. Por la expresión de ella, percibo que David no cae de su gracia.

Cada vez somos más.

-Ese soy yo- un hombre de tez morena y aproximadamente unos treinta años toma lugar a su lado-.

-Josh, ella es Camille-

-Un gusto conocerte, mi esposa me a hablado mucho de ti- deja un beso en la mejilla- David-.

Se limita a decir, él nombrado asiente con la cabeza y se disculpa con la excusa de saludar a unos amigos. Sin más desaparece de mi vista.

¡Vaya! Que compañía.

Amablemente un mesero me guía a mi mesa y no me muevo de ahí por un largo tiempo. Cruzo unas palabras con las personas sentadas a los lados pero no dura mucho.

Conforme pasa el tiempo la sospecha de que David me a dejado se expande. Al principio no quería creerlo, me aferraba a la idea que había solicitado sentarse en otra mesa alejada de mí y andaba por ahí derrochando su ego y amargura, pero al describírselo al guardia de la entrada lo confirmo.

Casi Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora