"El destino pone muchas situaciones y personas en nuestro camino, lo que hagamos y aprendamos con ellas es lo que determina nuestro futuro sin importar de dónde vengamos"
La pequeña Amaris ya no era más una niña, cerca de su cumpleaños 18 era una joven hermosa de curvas proporcionadas y generosas, cabello miel ondulado, espeso y unos ojos del color más raro conocido en los humanos, un violeta intenso adornado por unas bellas y abundantes pestañas. No era de extrañar que más de un muchacho del lugar la pretendiera, el hijo del líder del gremio "Última Sombra" Evan, era el más insistente: El chico provenía de un largo linaje de cazadores expertos en criaturas fantásticas: sirenas, duendes, hadas y en especial hombres lobo.
Una mañana temprano, la bella chica se encontraba paseando por el pueblo cuando fue interceptada por Evan, que no perdió oportunidad para alardear y coquetear.
-Pronto viene mi prueba maestra para entrar al gremio de mi familia, al pasarla seré oficialmente un cazador y el futuro jefe, soy el mejor de los reclutas así que lo lograré sin duda, y tu princesa, podrías ser mi hermosa novia y futura reina.- Dijo Evan mientras le apartaba un mechón de cabello del rostro.
-(Otra vez lo mismo, ¿Cuántas veces tendré que huir de él?) Am... Evan... gracias, pero...- Eran varias las ocasiones que el joven intentaba cortejarla, y a Amaris se le estaban acabando las ideas para evitar rechazarlo de forma grosera. -la verdad no estoy segura... de... si quiero estar contigo.-
El joven se paró frente a la pobre Amaris, quien trataba de retroceder todo lo que podía, la miraba intensamente, prácticamente sin parpadear, la tomó del rostro y la obligó a mantener su mirada mientras se acercaba más y más...
-Sabes que hay chicas que matarían por estar conmigo, pero yo te quiero a ti, debo suponer que... ¿acaso estas interesada en otro hombre?-
-Yo...no...la verdad no.- Dijo algo intimidada mientras forcejeaba intentando separarse de él.
Evan arqueó una ceja, sin dejar de tomar el rostro de la chica a la que terminó por arrinconar en una pared. -Entonces si no quieres a nadie ¿por qué sigues rehusandote a estar conmigo? ¡soy el mejor de todos! ¿no soy suficiente para ti? ¿no soy atractivo eeh?-
-N...no es eso, digo si eres guapo pero...-
-¡¿Pero?!-
Amaris no pudo aguantarlo, estaba tan cerca que prácticamente podía besarla, e iba a hacerlo si le daba la oportunidad, atrapada entre la pared y él, reaccionó dándole un empujón con ambos brazos y acto seguido intentó correr hacia la calle, él la detuvo tomándola del brazo y trató de acercarla de nuevo, ella respondió dándole un pisotón, lo que finalmente hizo que la soltara. Mientras ella corría escuchó que él le gritaba: "Algún día serás mía"
Llegó finalmente a su casa, sudada y nerviosa posó una de sus manos sobre su boca y contuvo un grito, su madre que estaba en la cocina, al escucharla entrar la llamó y no quería alarmarla, aunque hubiera deseado poder dar rienda suelta a su frustración, Evan era muy pesado y quien sabe qué haría ahora que prácticamente lo humilló.
-¿Necesitas algo mamá?- Se acercó a la cocina y vio sobre la mesa su cesta llena de provisiones, desde que era niña había atravesado el bosque llevando en esa cesta comida para su abuelita. Su padre o su madre siempre la acompañaban en el trayecto enseñándole y contándole historias de aquel lugar.
-¡Ah cariño, llegaste justo a tiempo! preparé algunos víveres para tu abuelita ya están en la cesta, terminaré de empacar unas mermeladas y entonces podrás llevárselos.- Dijo su madre con una sonrisa, afortunadamente no había volteado a verla directamente por estar ocupada, de haberlo hecho hubiera notado que algo no andaba bien.
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Una Historia De Caperucita, El Lobo Y El Cazador
RomanceCaperucita se dirige por primera vez sola al bosque, su encuentro con un hombre lobo que le salva la vida despliega una serie de eventos y decisiones que pueden cambiarlo todo... Pero un joven cazador la pretende sin saber el creciente afecto que e...