Porque un momento durará su furor; más en su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro pero a la mañana vendrá la alegría.
Salmos 30:5
La policía había culminado de tomar todas las muestras que necesitaba, así que procedió a marcharse del lugar. Ismael veía desde lo lejos junto al Padre Jeremías como ellos se retiraban del lugar con los maletines llenos de muestras. Se los podía ver triunfantes salir de la congregación, consideraban que ya tenían el caso aclarado y que solo debían esperar a los resultados del laboratorio para tener al culpable y declarar el caso como resuelto.
Ismael continuaba abrazado al Padre Jeremías que aún no terminaba de comprender que era lo que le sucedía al joven ya que él no le decía nada.
Finalmente Ismael se separó de Jeremías y se marchó de allí, Jeremías lo tomó de la mano y lo detuvo.
- Tienes las manos sucias Ismael, dijo Jeremías y el joven las miró y efectivamente tenía un roce negro en su piel.
- Debe ser suciedad del suelo... voy a lavármelas.
- ¿No me vas a decir qué es lo que sucede?
- Es toda esta situación Jeremías... quiero se esclarezca todo cuanto antes y podamos volver a la normalidad...
- Ohhh pequeño... ¡ya lo haremos! Y el sacerdote abrazó nuevamente al joven y besó su frente.
El equipo policial estaba dirigiéndose rumbo a la fiscalía. Para poder llegar más rápido hasta el lugar, decidieron cortar camino por la autopista central de la ciudad, ya que allí podían acelerar su marcha para ir ganando tiempo.
La furgoneta iba ganando velocidad a medida que avanzaba en su camino, la Oficial Gonzales comenzó a pedir a su compañero que disminuyera la velocidad ya que estaban yendo muy rápido. Su compañero emprendió con el descenso de la misma.
La furgoneta no respondía a la respuesta del embrague para cambiar la velocidad, la misma seguía igual de rápida, inclusive aumentaba un poco más. Gonzales comenzó a preguntar qué pasaba, su compañero le dijo que no podía disminuir la velocidad.
Tenían que esquivar todos los autos a una velocidad superior a los 100km/h. Muchos de los autos de la autopista les tocaban bocina a modo de protesta, el vehículo policial estaba fuera de control.
Se estaban acercando a un semáforo que estaba en rojo y una pila de coches detenidos podía apreciarse desde lo lejos.
El policía se dispuso a frenar el coche, para así poder disminuir la marcha, pero el freno tampoco respondía, el vehículo estaba completamente fuera de control.
Los policías dentro del vehículo comenzaron a desesperarse, se acercaban cada vez más rápido hacia los coches detenidos e iban a provocar un choque enorme contra todos ellos. Debían desviarse cuanto antes del camino sin poner en peligro la vida de los demás, pero era una tarea imposible. Pues era horario pico y la autopista estaba completamente congestionada de vehículos.
Se acercaban cada vez más hacia los vehículos que esperaban la luz verde en el semáforo y debían reaccionar rápido para evitar una tragedia.
Finalmente pudieron visualizar un espacio libre en la autopista y se metieron por allí para salirse del camino. La furgoneta se encontraba completamente descontrolada. Los policías debieron abrirla y saltar de a uno de la misma. El conductor continuó adentro y dirigió el vehículo hacia una enorme columna para que colisionara, y así finalmente lograr detenerlo.
ESTÁS LEYENDO
El Monaguillo del Diablo
Mystery / ThrillerLa vida del Padre Jeremías, un hombre de conducta intachable, con su fe y valores católicos muy arraigados, cambia rotundamente cuando en su camino se cruza Ismael, un adolescente de un barrio pobre. El joven comienza a seducirlo con su aparente in...