Epílogo

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El que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien.

Pedro 3:10-11

El clima se había puesto muy lluvioso, relámpagos constantes y ráfagas de viento comenzaron a azotar la ciudad.

Jeremías ya se encontraba en su casa, estaba cenando junto a Ismael, el hombre apenas probaba bocado alguno y solamente observaba al joven como si estuviera cenando junto a un extraño.

En cambio Ismael, actuaba como si nada extraño estuviera ocurriendo, se deleitaba con cada bocado que saboreaba. El joven cada tanto cruzaba mirada con el sacerdote y le sonreía románticamente, pero Jeremías continuaba observándolo con seriedad. Cuando terminaron de cenar, el joven se dispuso a limpiar la vajilla y Jeremías lo ayudó en la tarea.

Luego de eso Ismael procedió a marcharse a su habitación, pero Jeremías lo detuvo y le pidió que se sentara en la mesa otra vez que quería hablar con él. El joven un tanto preocupado procedió al pedido del Sacerdote. Jeremías se sentó junto a él y finalmente se armó de valor para encararlo con el tema de Lucas.

- Ismael... ¿Qué relación tenías con Lucas?

- ¿Cómo qué relación?

- El vínculo que ustedes tenían... ¿qué tan cercano era?

- El vínculo que tenía con el Hermano Lucas era exactamente el mismo que tengo con los demás novicios Jeremías...

Jeremías apretaba sus manos para no golpear nada y la expresión de su cara era dura, Ismael le estaba mintiendo en su cara y eso él no lo podía soportar.

- Ismael... por favor... quiero que seas honesto conmigo...

- ¡Estoy siendo honesto contigo Jeremías!

- ¡ME ESTÁS MINTIENDO HIJO DE PUTA!

- ¡Jeremías!! ¿qué palabras son esas?

- Tengo pruebas de que tú y Lucas eran bastante cercanos...

- No sé de qué pruebas hablas, pero no tenía ninguna relación con Lucas...

- Tú lo mataste... era un estorbo para ti tenerlo en la vuelta ¿no?

- Yo no maté a nadie... ¡no sé qué estupideces hablas Jeremías!!

- Tú y Lucas hicieron el amor en esta cocina, él estaba enamorado de ti y lo sabías...

- ¿De dónde sacaste eso??

- Lucas llevaba un diario, están todos los detalles allí... él quería abandonar todo e irse contigo... el sacerdote no pudo contenerse y comenzó a hablarle con lágrimas en los ojos...

- Está bien... sí hice el amor con él... pero fue sólo una vez, no lo volví a repetir... luego Lucas comenzó a acosarme, sabía de nosotros dos. Amenazó con denunciarnos... nos iban a separar si Lucas hablaba... lo hice por nosotros... dijo sin ningún tipo de remordimiento Ismael.

- ¿Y la Hermana Teresa? ¿Fuiste el responsable tú también? Preguntó sorprendido Jeremías.

- Ella era un obstáculo para nosotros también, nada de lo que hacía era por mi bien... ella no aprobaba nuestra relación, me trataba como a un degenerado, de seguro nos habría denunciado también, escuché aquella vez que ella te dijo que no estaba de acuerdo en que hicieras esto otra vez... ¿en el pasado tuviste un romance con otro chico, no?

El Monaguillo del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora