¡El Amor No Es Como Lo Pintan!

Me Duele El Corazón

La alarma sonó a las 5 am en punto anunciando que era hora de levantarse y hacer un poco de ejercicio. Daba inicio la última semana del curso, pronto le diremos adiós a la preparatoria pero hoy sería un excelente y ansioso día, en unas horas estaré presentando el examen para el trae a la universidad, pero antes iría a trotar un rato tenía que estar en forma y agarrar condición física ya que el día de mañana será la presentación final de polinesias, me puse un pants rojo y una blusa roja de tirantes en mi pequeño pueblo el calor estaba terrible, busque mis tenis negros con franjas rojas y salí de la casa. Camine bastantes esquinas antes de empezar a trotar al pasar por una calle llamó mi atención una persona bien conocida por mi era Camille una compañera de curso de polinesias es un año mayor que yo, pero lo más extraño es que no venía sola sino platicaba con la mamá de Mauricio al cual no había visto mucho puestos de practicaba bastante, hoy en la noche sería el último partido de la temporada y tenía que esforzarse el doble pero si hablábamos por mensajes.
Seguí mi camino hasta llegar al gimnasio donde cada mañana iba me gusta mucho hacer ejercicio, entre y me dirigí a Patricia la entrenadora del lugar ella me decía que máquina usar y cuál no mi intención es estar en forma no quedar marcada de con mucho músculo solo lo necesario, me fui a la caminadora y empecé con el entrenamiento,ya había pasado unos 40 minutos ahora me encontraba en la bicicleta cuando escuche una risa la cual reconocería a cientos de kilómetros, busque con la mirada y ahí estaba haciendo pesas y hechando relajo junto a unos chavos que en mi vida habia, levanto la mirada, nos vimos y con la misma desvío su mirada hacia otra parte, sentí que algo dolió dentro y con esa sensación termine mis rutina, tome mis cosas y camine hacia la caja a pagar la mensualidad, pasando justo enfrente de dónde se encontraba Mauricio el cual me miró, lo mire pero no hubo un hola o tal vez una sonrisa.
- hola Cris - saludé moviendo mi mano.
- hola Kim, ¿Qué tal? ¿Cansada? - respondió acercándose hacia mi y dondeme un beso en la mejilla.
- todo bien, aquí tienes el dinero tengo un poquito de prisa, nos vemos luego - le di media sonrisa, no me encontraba de humor para sonreír y menos interactuar con alguien.

Salí del establecimiento, camine lo más rápido que mis piernas me lo permitieron se me hizo un gran nudo en la garganta y las lágrimas estaban a punto de salir, apesar de que las obligaba a quedarse dentro, no pude más y dejé que corrieran. Escuche una voz masculina gritar mi nombre pero no me detuve hasta que sentí unos brazos me rodearon por la cintura, no miré hacia atrás sabía perfectamente quién era.

- mi pequeña Kim ¿No me escuchabas? - preguntó sin soltarme.

Me separé de él con brusquedad mientras limpiaba mi rostro.

- ¿Qué quieres? Ahora sí puedes hablarme, entiendo que no quieras que se enteren que tienes una relación conmigo, pero somos "amigos" un maldito hola no me puedes decir, tiene días que no te veo o por lo menos no como me gustaría, y cuando al fin hay un chance tú me ignoras ¿Qué clase de juego es este?- dije sollozando e intentando calmar mis lágrimas.El simplemente bajo su mirada, no formuló palabra alguna.

- mira dejemos esto hasta aquí, no puedo estar pensando en ti, no debo de desubicarme, toda mi atención el día de hoy se debe tratar en el examen de admisión y no pretendo cagarla por nada, ni por nadie, buenos días Mau - dije al mismo tiempo que me volteaba, y seguía mi camino, alejándome de él.

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A las 3:24 PM llegue a la universidad tenía solo 6 minutos para encontrar el aula que me correspondia si quería dar una buena impresión odiaba llegar tarde, busque el croquis y di con el salón, avance por los pasillos y hasta dar con el número 264, abrí la puerta uff solo habían unas 20 personas dentro, camine y me senté cerca de la ventana, a los minutos entro el maestro un señor de unos 40 años, alto y de buen ver.