Capitulo 39- Te quiero mamá

4.1K 99 10
                                    

Aitana
Los días pasaron en el hospital, Luis me ayudaba en absolutamente todo lo que tenía que hacer, hasta ir a mear, y como padre, no he visto uno más dedicado y enamorado de su hija nunca, Aria a tenido mucha suerte con el padre que le ha tocado, y espero que también piense que con la madre que le ha tocado. A mi las hormonas me están jugando una mala pasada y he cogido un poquito de depresión post-parto, pero gracias a dios Luis se dió cuenta como siempre y tengo un psicólogo algún rato ayudándome mucho, lo necesitaba.

A Luis lo veo mal, en el fondo sé que está mal, puede estar muy feliz con la niña, pero a mi me está costando sentirme bien y supongo que ver consumirse a su Madre le está afectando más de lo que esperaba.
Mis padres se quedan hasta que salgamos del hospital por lo menos, y la verdad que lo agradezco muchísimo
Ya han pasado tres días y hoy nos dan el alta.

Luis a convencido a las enfermeras para que deje que la saque con la camilla al pasillo para que vea una sola vez a su nieta, lo necesita más él que ella.

16:00
-Luis pásame el body rosa
-No hoy mejor el azul
-Que no, que el rosa, es el que me regaló tu madre, le hará ilusión
-Vale, toma
Entre los dos preparamos a Aria para salir del hospital, yo también me he duchado y puesto mi ropa, la verdad que casi no me queda tripa, siempre he sido de Constitución delgada y ahora ya me siento bien, o eso creo

Salimos al pasillo con el carrito y Luis coge a Aria y en cuanto sacan a su madre se la pone en los brazos, casi no tiene fuerza pero puede con ella, ella llora, Aria esboza una pequeña sonrisa, si primera sonrisa, yo no puedo evitar emocionarme, me acerco a Luis que estaba unos pasos delante mío y me abrazo a su pecho, el también está llorando con una sonrisa triste, supongo que esto es una bienvenida y un adiós, hoy es un día feliz y un día triste, no puedo parar de pensar en que mi bebé se ha adelantado y ha decidido nacer aquí, en Galicia por algo, por su padre, para que con La Luz que desprende nuestra niña ilumine esos días apagados que se nos vienen encima, y por un lado se que le reconforta

Tras unos minutos viene el médico exigiendo que debe volver a la habitación, le da un besito a nuestra niña y me acerco yo a cogerla y darle un gran abrazo a Encarna, no sin antes hacerles una foto y otra los cuatro, voy a meter al carrito a Aria para dejarle intimidad a Luis con su madre.

Oigo un Mamá espérame que vuelvo en seguida, le da un beso en la cabeza que me hace sonreír y nos vamos.

Llegamos a casa en seguida, nunca había visto a Luis conducir tan despacio y precavido, esta niña ha venido a cambiar muchas cosas, a mejor, seguro.

Tras bajar la minicuna al salón, asegurarse que Aria comía y a mi no me faltaba nada de vuelve a ir con su madre, al poco rato llegan mis padres y el alivio que siento es inmenso.

18:00
Luis💙
-Aiti, ya la han sedado✔️✔️18:00

                             -Tranquilo cariño, quédate el tiempo que haga falta allí, nosotras estamos bien de verdad, te quiero mucho y Ari también✔️✔️18:01

-Gracias pequeña, yo también os quiero ✔️✔️18:02

Estuve un rato llorando en mi habitación mientras mis padres estaban abajo con Aria, les dije que necesitaba descansar, pero en realidad lo que necesitaba era despejarme y descargar todos los nervios dudas y tensión que he acumulado estos tres dias, el siempre a sido fuerte por los dos cuando yo no podía más, y ahora me tocaba a mi serlo por él y por mi

A las 20:00 recibo una llamada de Luis, un simple "ya está" que desencadena un mar de lágrimas en él, y en mi por no poder darle un abrazo en ese mismo momento.
Me aseguró en cuanto se calmó que lo iban a arreglar todo para mañana y María su tía y él llegarían para cenar, yo solo quiero que pasen rápido estos días, volver a la normalidad y poco a poco cerrar nuestras heridas y volver a ser felices, y sé que de eso, en gran parte, será gracias a Aria

Cepeda
Destrozado, no podía estar de otra manera, se había ido mientras sujetaba mi mano, noté como se iba, como su piel se tornaba fría, y nunca me voy a olvidar de eso, tampoco de su sonrisa a pesar de estar dormida, se había ido feliz y con eso me valía.
Al llegar a casa estuve un rato con Aitana solos en mi habitación, abrazados, sin decir nada, esa era nuestra cura siempre, cuando bajamos a cenar y vi esa carita de mi niña, no pude reprimir una sonrisa y alguna lágrima de emoción, había llegado como un angelito para salvarnos a todos, es increíble todo lo que puede hacer un bebé sin darse cuenta de nada

Después de una larga noche de no poder dormir, la niña despertándose cada dos horas y Aitana aún dolorida por la cicatriz ya se ha hecho de día, va a ser uno de los días más duros de mi vida, pero hay que afrontarlo y ya pasará todo

Me despierto con cuidado para no despertar a Aitana, pero parece que no hace efecto
-Luis, quiero ir
-No Aitana, quédate con la niña
-Luis que no, que necesito ir, y estar contigo, porfavor
-Como quieras, pero solo a la misa, después vuelves a casa
-Los voy a decir a mis padres que se queden con Aria y mi padre me vendrá a buscar cuando acabe la misa

Accedí, no le puedo negar nada, aún es muy reciente que ande con la cicatriz, pero solo hasta la iglesia no le pasará nada.
A la hora ya estamos desayunados, lo poco que nos pasaba y arreglados, Aitana llevaba un vestido negro que le quedaba precioso, como todo, una coleta con su flequillo perfectamente planchado y sin nada de maquillaje.
Le ayudé a darle el pecho a Aria y nos fuimos junto a los familiares que habían ido llegando. Estos momentos son muy duros, cuando ves llegar ese coche, cuando ves que la entran, las palabras del cura y de la gente querida. Me sorprendo hablando yo, de improvisto, lo necesitaba.
No fue mucho, simple agradecimiento de mi hermana y mío por haber sido nuestra Madre, la mejor, que le diera muchos besos a papá, ya que estaría con él y tanto lo deseaba estos últimos días, y por ultimo lo felices que estábamos Aitana y yo por que hubiera podido conocer a nuestra hija, Aria, que aseguré que siempre la recordaría

Contuve las lágrimas lo más que puede aunque no pude evitar que me temblara la voz y alguna se escapara de mi lagrimal sin poder evitarlo

Durante la misa Aitana no me soltó de la mano ni un momento, y se lo agradezco infinitamente, tras casi una hora de misa salimos y le doy un abrazo y un beso Aitana dejando que se escabullera entre la multitud para irse a casa, estaba muy cansada ya y nuestra hija tan pequeñita la necesitaba cerca.
Seguí solo rodeado de gente, o así me sentía, hasta que mi hermana me dio la mano, se que por muy lejos que esté siempre la tendré a ella, y que nada ni nadie se atreva a arrebatármela, eso sí que me acabaría de destrozar por dentro, ella se tocaba la barriga, su pequeño bultito sin parar de llorar y yo la abrazaba a mí mientras andábamos a donde todos acabaremos

Llegué a casa lo más rápido que pude, mi hermana esa misma tarde, tras repartir la herencia, con lo poco que nos gustan a ambos esos temas se iba a Méjico y yo con Aitana a Barcelona, después de esto se merece y se que necesita unos días en casa de sus padres, estaremos dos semanas allí y después ya iremos definitivamente a nuestra casa, que nuestros amigos se estaban encargando de arreglar para cuando llegáramos de sorpresa para Aitana, la habitación de la niña, la nuestra que ya la teníamos mirada, el salón, la cocina y los baños, también la habitación sobrante a modo de estudio. Amaia sabía perfectamente sus gustos, Roi los míos, y Ana y Miriam tienen un gusto espectacular, va a ser genial.

Tras recoger todo y despedirnos de mi tía, que será la que se quedará a vivir en casa tras nuestra petición, la asa la demos heredado mi hermana y yo, pero sabemos que mi madre lo querría y se lo merece, además cuando vayamos de vacaciones Mejor si está ella. Después dejamos a mi hermana en el aeropuerto y nos echamos a la carretera para hacer tantísimos kilómetros con un bebé y una recién parida, va a haber muchas paradas, pero no importa.
Empieza nuestra aventura de tres

Tu Bandera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora