Día de Acción de Gracias

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—Tenía ganas de preguntártelo. ¿Cómo se han tomado tus padres que no hayas querido pasar con ellos el fin de semana de Acción de Gracias?—

Repantigada en un cómodo sillón en la sala de juegos de los padres de su amiga Leigh-Anne, Jade resistió el impulso de desabrocharse el pantalón. Después de dos platos de cena llenos hasta rebosar, más el pastel de plátano y la de nueces a las que había sido incapaz de resistirse, podía sentirse agradecida de que el botón no hubiera saltado solo.

—¿Jadey? ¿Están muy enfadados?— Bostezando, negó con la cabeza.

—Aliviados más bien.—

Leigh-Anne, la encargada de supervisar a los mecánicos de Clear-Blue Air, la miraba ovillada en su silla. Era pequeña y menuda, de poco más alta que Jade, sólo un poco. Las dos amigas se habían refugiado en el sótano reconvertido en la sala de juegos.

Hacía horas que habían terminado de cenar y la familia extensa de Leigh-Anne había empezado con las despedidas: como ninguna de las dos era muy aficionada al rito de los besos, se habían escabullido allí abajo. Una vez que la costa estuviera despejada de nuevo, volverían a subir y entonces la madre de Leigh-Anne insistiría a gritos en que las «chicas solteras» se llevaran a casa las sobras de la suculenta comida.

Aquello se estaba convirtiendo en una tradición. De algún modo, confraternizar con la enorme, bulliciosa y alocada familia de Leigh-Anne era más fácil que ir a casa y pasar desapercibida en medio de la suya, que era justamente todo lo contrario.

—¿Aliviada por qué?—

—¿Sabías que Jesy se ha comprometido?— Leigh-Anne asintió al tiempo que ponía los ojos en blanco. Había conocido a la hermana pequeña de Jade el año anterior, cuando Jesy fue a la ciudad para hacer su primera gran compra de primavera.

Jesy no era mala chica, al menos cuando sus padres no andaban cerca y no tenía que representar el papel de hija perfecta. Pero Leigh-Anne era de una belleza exótica, no tenía pelos en la lengua y poseía un carácter esencialmente rebelde, mientras que Jesy era recatada y discreta, de una hermosura clásica y reposada. En resumidas cuentas: las dos eran tan distintas como el agua del aceite.

Lo cual la convertía a ella en... ¿qué? ¿En el vinagre de las ensaladas demasiado aliñadas?

Procuró hacer a un lado aquel pensamiento.

—¿Te gusta su novio?—

—Es un imbécil.— Otra muestra de su carácter avinagrado.

Leigh-Anne resopló disgustada y bebió un sorbo de vino.

—Ya me lo figuraba.—

—Es tan frío como mi padre y tan reservado como mi madre. Y su familia es igual o peor que él. Precisamente sus padres invitaron hoy a los nuestros a una comida de compromiso prenupcial. Así es como la llaman.—

—Entiendo. Prohibida la entrada a chicas malas, ¿eh?— Jade enarcó una ceja, haciéndose la ofendida.

—Mira quién habla...— Leigh-Anne se sonrió antes de beber otro sorbo.

—No soy la que sale mañana de viaje para pasar otro fin de semana de sexo duro con una tipa a la que apenas conozco.—

Mordiéndose el labio, Jade buscó su vaso de agua. Porque, desde luego, eso era precisamente lo que estaba a punto de hacer. Su amiga no habría podido definirlo mejor,

Se había marchado de Cleveland absolutamente convencida que nunca más volvería a ver a Perrie Edwards. Y de que se la había quitado de la cabeza de una vez por todas. Se lo habían pasado muy bien. Aparte de haber hecho prácticamente todo lo que dos personas podían hacer en el plano sexual.

De acuerdo, eso no era cierto el todo. Todavía se le ocurrían cuatro o cinco cosas que le gustaría practicar con Perrie. O cinco docenas.

El asunto era que ya habían tenido dos increíbles encuentros sexuales, y dos noches eran bastante más que la aventura de una única noche que había pretendido desde un principio. De manera que... ¿acaso no era una locura buscar una tercera?

Sí que lo era, pero había sido incapaz de resistirse. Nada más escuchar su voz en el recado que le dejó al teléfono, se había vuelto a derretir por dentro. Cuando le preguntó si quería que se vieran en Florida para comprobar si se atreverían a expulsarlas de cierto parque temático por practicar sexo en público, había sido incapaz de negarse. Ni siquiera le había impuesto la condición de que se pusiera unas orejas de Mickey.

Por lo demás, ella tenía en mente otra fantasía para ese fin de semana. Algo todavía más arriesgado que lo del parque temático.

—¿Dónde se han citado?—

—En Daytona—

—Buen clima. Suena bien. Entonces, ehm...  ¿piensas presentármela alguna vez?—

—Nunca.— Leigh le lanzó una dolida mirada.

—Vamos, yo siempre te presento a mis juguetes sexuales. Los humanos, quiero decir.—

—Ella no es mi juguete sexual. Es...—

—¿Qué? —le preguntó Leigh-Anne, inclinándose hacia ella y apoyando los codos sobre las rodillas.

Buena pregunta. Perrie no era en absoluto una desconocida para ella. No sólo conocían y habían explorado a fondo cada centímetro cuadrado de sus respectivos cuerpos, sino que también habían pasado cierto tiempo haciendo cosas no-sexuales. Que el diablo se la llevara, pero la última noche se habían quedado hablando hasta tarde.

Peor aún: a la mañana siguiente, se habían puesto a hablar de su familia, de la de Perrie. Principalmente porque su hermana adolescente la había llamado al amanecer para pedirle que intercediera con su madre... y la autorizara a asistir a una fiesta.

Adorablemente despeinada y soñolienta, Perrie se había mostrado amable y paciente con la chica, cuya voz alterada había alcanzado a oír a Jade desde el otro lado de la cama. Y durante aquella conversación había podido ver a la hermana cariñosa que era.

Después de la llamada, le había contado varias cosas sobre su familia. Que su padre había muerto, y que por lo tanto ella había tenido que hacerse cargo del negocio familiar. No había tenido necesidad de decirle que al mismo tiempo se había visto obligada a hacer el papel de moderadora con sus hermanos y su madre. Lo había detectado en la ternura, algo tensa, con la que le había hablado de ellos.

Todo lo cual no había hecho sino aumentar el atractivo que presentaba ante sus ojos.


Los invito a pasar por mi fic "Appearances" donde estoy dando un maratón ahora mismo. Nos leemos. ;)

Paraíso al Descubierto || Jerrie +18✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora