5: Detalles

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Ayelén

Si podría describir este momento sería comodidad, descansar con unas suaves sabanas y dejarse llevar por el sueño es placentero, relajarse en la cama es lo ideal. Abro mis ojos cuando siento un cosquilleo en mis piernas, sus dedos recorren mi muslo hasta llegar bajo mi camisón, giro mi vista para encontrarme con ese intenso verde lleno de lujuria. Mis labios se curvan en una sonrisa pero antes de que pueda decir algo me besa. Elián se sube encima de mí y noto como comienza a sacarse la chaqueta ¿Ha estado fuera todo este tiempo mientras yo dormía? ¿Acaso no es temprano? Salgo de mis cavilaciones cuando sus dedos se adentran en mis bragas y acaricia mi intimidad.

―Oh ―gimo mientras continua tocando más profundo, masajeando cada vez más adentro de mi feminidad.

―Mi alegría ―susurra en mi oído y vuelve a juntar de manera apasionada sus labios con los míos.

Abro la boca, entonces mi lengua se encuentra con la suya, me encanta pero, últimamente se ha vuelto aburrido esperar noticias o información sobre el asesino de mi padre. Aun no cuadra nada la muerte de James Stefanoski. Me he convertido en una persona impaciente, y lo único que me quita de esos pensamiento de ansiedad por saber la verdad, son estos momentos.

Elián baja la parte de arriba de mi camisón, dejándola hasta mi cintura, y sonríe satisfecho al ver que no tengo sostén. Acerca su boca a mis senos, entonces chuponea uno de mis pezones, lo que provoca que me excite y mi espalda se enarque.

―Me agarraste desprevenida ―acoto desabotonando su camisa de manera feroz y rápida.

Necesito ver.

―¿Te desperté?

No contesto y deleito a mis ojos observando ese hermoso torso tonificado, mientras mis dedos lo tocan hasta llegar a su pantalón. Me muerdo el labio inferior y aunque es él quién está sentado sobre mí, eso no me detiene de querer deshacerme de lo que me estorba. En este caso, su cremallera que no me deja ver su bulto.

―Eres un tramposo ―al final le respondo porque me es imposible abrir el botón de su pantalón, mientras estoy debajo de él y su sexy cuerpo aplastándome. Sonrío ―. Déjame ver.

―¿Qué? ¿Estás ciega? ―Se ríe y frunzo el ceño ―Me encanta afectarte ―aclara cuando se acerca a mi rostro, acariciando mi mejilla ―me pones loco ―Sus pupilas se dilatan y me besa con ímpetu.

Sus manos agarran mis muñecas y las pone a ambos lados de mi cabeza, me excito cuando refriega su pelvis contra la mía. Siento mis fluidos mojar mis bragas y la necesidad de querer que este dentro de mí crece.

―De... deja de jugar ―digo agitada aprovechando que su boca pasa a chuponear mi cuello, dejando marcas allí.

―¿Lo quieres? ―Puedo sentir su respiración caliente tocar mi piel.

―Sí, ya.

―Golosa ―Se ríe.

Sonrío.

―Cállate, que tú fuiste el que empezó.

Se muerde el labio inferior y abre su pantalón, se pone un preservativo cuando baja su bóxer, mientras me deleito observando su voluminoso pene. En ningún segundo dejo de mirar sus acciones, le permito hacerme lo que quiera, me quita las bragas delicadamente y extiende mis piernas un poco más brusco, como sintiéndose apresurado. Me concentro en la sensación, cuando siento su erección muy cerca de intimidad, cierro los ojos suspirando pero los abro cuando empuja dentro de mí y mi espalda no puede evitar enarcarse.

Perversa Oscuridad: Conquista [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora