14: Carnada

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William

Inútil, tenemos un problema –Oigo a S mientras comienzo a despertar.

Que pocos modales, ¿no ves que le duele la cabeza? –le responde Will.

¡¿Y a mí qué me importa?! ¡¡Estamos atrapados otra vez!! –grita.

Abro los ojos de repente escuchando un portazo a mis espaldas. Observo mis manos atadas y que estoy recostado en una cama bastante lujosa, entonces me concentro en lo que sucede. Oigo unos tacos avanzar hacia mí, es notable que es una mujer quién viene. Veo como su mano agarra mi barbilla y me observa detenidamente, por cómo está vestida me doy cuenta que es una matrona, la mujer que se encarga de preparar a las prostitutas.

―Que sucio estás ―opina.

Sonrío.

―Gracias, no me bañe.

De hecho no te bañas hace tiempo ¡¡Sucio!! –me grita la voz agresiva.

¿Cómo quieres que nos bañemos si vivimos atrapados? –expresa la voz pasiva –Un poco de comprensión.

¡¡Aburridos!! –sigue quejándose.

¿Quieren dejar de discutir? Se me parte el cerebro. Ni siquiera puedo agarrarme de la cabeza por mis manos atadas. Me inclino y me siento, entonces la mujer retrocede para mirarme desde un mejor ángulo.

―¿Se puede saber que está haciendo? ―Alzo una ceja.

―Fijando el precio ―acota y luego piensa en voz alta ―¿De verdad dicen que vales tanto? Así de desarreglado, no vales ni un centavo, ni aunque seas guapo, estás muy desprolijo cómo para ser una buena mercancía ―sigue opinando libremente esta señora que me causa gracia.

―¿O sea que va a venderme? ―digo sonriente.

―Subastar querido, subastar ―me corrige.

Me río.

―¿Y quién me quiere subastar?

La puerta se abre y una de las Ender entra tranquila al lugar, por su forma de actuar podría decirse que es la serena. No es la hermana que actúa sensual ni la chillona. Estoy ante la señorita seria.

―Dicen que fuiste revocado de tu cargo de Serpiente, así que nos pareció pertinente aprovechar la oportunidad, ya que nadie va a venir a salvarte, pues no tienes más a tus seguidores.

―¿Con quién tengo el gusto? ―pregunto calmado.

―Emilia ―se limita a decir.

―Me falta un nombre y ya tengo a las tres, Anastasia, Emilia y por último... ―Ladeo la cabeza ―¿Cómo se llama la otra?

―Yasmira, pero pronto no necesitaras saber más nada.

―Creí que eras la inteligente ―aclaro tranquilo.

―¿Cómo? ―Me mira de mala manera.

Me levanto de la cama, aun con las manos atadas, y la matrona retrocede, camino hasta la rubia poniéndome en frente de ella, entonces como soy más alto, alza la vista, por lo tanto me río.

―¿No tienes miedo? ―digo en un tono suave.

―No, tú eres el atado ―se burla.

―Quiero devolverte el favor.

Levanta una ceja.

―¿Qué favor?

En un movimiento veloz la rodeo con la soga que ata mis manos y comienzo a ahorcarla. La matrona prueba interceder, aunque le agarro el arma a Emilia cuando intenta defenderse, pero entre el forcejeo terminamos por dispararle a la mujer, a la vez que hago que la Ender pierda el aire. Todo pasa tan rápido que me sorprendo de mí mismo. Mi iniciación en la Logia me sirvió de algo, aparte de sufrir. Pues bien, le devolví el favor de esa vez que me quiso ahorcar, la señorita Emilia Ender está muerta. Le quito el arma al cadáver y me acerco a la mujer que se desangra en el suelo, a la cual le sonrío.

―¿Me desatas? ―digo muy tranquilo como si no pasara nada ―La verdad es que si no lo haces, tu muerte será fría y dolorosa como la de Emi.

Sus manos tiemblan y me saca las sogas, sin embargo no la asesino como se lo ofrecí, la dejo desangrándose en la habitación al irme. Camino por los pasillos y me doy cuenta que esa mujer tenía razón.

Apesto.

No sé dónde me encuentro, así que reviso cada habitación buscando un baño, por esta razón libero a varias prostitutas, las cuales escapan generando disturbios y alejando el orden del lugar. Al fin encuentro un cuarto dónde ducharme, me saco la ropa como si estuviera en mi casa, me aseo y me robo un traje de su armario. Ya limpito y perfumado, al fin observo una ventana, dándome cuenta que estoy en un barco.

Mierda –se queja la voz agresiva.

Miremos el lado positivo –dice la pasiva.

¡No lo hay! –vuelve a gritar S.

Salgo a proa y me escondo detrás de una pared cuando visualizo guardias. Algunas mujeres que libere, arriesgadas, corren y se tiran, otras son capturadas por dudar. Yo me mantengo oculto, pensando cómo salir. Si se sobrevive o no, saltando del barco, no es seguro saberlo, pero antes de quedarse aquí, mejor probar. Me acerco a la baranda, cuando los guardas están distraídos y escucho una voz conocida.

―¡Alto ahí! ―Otra Ender.

Esta es la que chilla.

―¡Querida, Yasmira! ―le digo animado, alzando las manos.

Se detiene de caminar al oír su nombre.

―¿Cómo lo sabes?

―Oh, nada importante ―Muevo la mano ―porque antes de asesinar a tu hermana, me lo dijo ―Reacciona y obtengo el efecto que quiero, ya que se acerca, entonces uso el arma de Emilia para agarrarla y amenazar a sus guardias ―. Escuchen bien ―Hago una pausa y sonrío ―avísenle a la mayor ―refiriéndome a Anastasia ―que me llevo a Yas de rehén. Y bueno, nos vamos a tirar ―informo.

―¿Qué? ¡Ah, loco! ―grita cuando me lanzo con ella al agua.

Esto será divertido –dictamina mi voz más arriesgada.

Ya me asuste –exclama la otra –nos meteremos en problemas.

Elián

Hay un lío en el barco y mi hermana mayor me manda a llamar, al parecer, por lo que me contó un guardia, la subasta que ella preparo va a tener que esperar. Entonces al entrar a una sala, me siento en una de las sillas alrededor de la gran mesa, con todos los presentes.

―Debo contarles una calamidad ―expresa Anastasia, aunque no parece tan frustrada ―. Emilia ha muerto y Yasmira fue secuestrada por el anterior Señor S. William Stefanoski.

―Qué horror ―Me hago el preocupado también.

―Para recuperarla y no perder este importante negocio, vamos a tener unos cambios en nuestra subasta.

―Te escuchamos ―respondo por los demás.

Ella sonríe.

―Necesitamos una carnada, que sea igual de valiosa que él, lo atraparemos cuando venga a buscarla y de paso subastaremos a ambos.

―Interesante, ¿en quién has pensado? ―pregunto tranquilo y apoyo la mano en mi barbilla, estando pensativo.

―Primero pensé en Hanna Azulay, pero la verdad, no vale tanto como la persona que se metió con muchos de la mafia, varías personas desearían comprarla, y es obvio que William también va a querer salvar a esa mujer, así que Mercedes Becker es mi propuesta.

Analizo lo que dice y todos asienten, aunque a mí me interesan otras cosas. William se deshizo de Emilia, me sacó un problema, ahora se llevó a Yasmira, debería aprovechar para crear la enemistad que estoy buscando entre Anastasia y la hermana que me falta. Cuando se asesinen entre ambas, yo seré el único que lidere Rosa Negra. Si tan solo pudiera informarle al secuestrador quién oculta a su padre, Yasmira se enteraría de la verdad y no por mi parte, nadie sospecharía de mí. Entonces todo sería muy fácil. Una sonrisa de satisfacción se forma en mi rostro. Todo demuestra que la balanza está a mi favor.

Perversa Oscuridad: Conquista [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora