William
¿Cómo podría describirme actualmente? Muerto de hambre. Hermes me mira de mala manera, aunque no tiene expresión, se nota que esto para él es perder el tiempo. Muerdo un pedazo de pollo frito del plato que le pertenecía al hombre que asesine y me mantengo sentado en el sillón cómodo, en aquel vagón vip.
―No tenemos tiempo para esto, William ―me aclara severo.
―A ti te alimentaron todos los santos días en el calabozo, un poco de comprensión ¿de acuerdo? ―Me río ―Además, tu hermanito se está encargando de todo ¿no?
―Clow es un problema ―opina mientras espía por la puerta entreabierta ―es una persona desequilibrada, no puedo dejarle todo a él.
―Necesitamos que alguien nos despeje el área, los captores conocen nuestros rostros, pensé que tenías paciencia ―me burlo y me limpio con una servilleta, para luego tomar vino de una copa.
―No me gusta depender de otros ―dice cortante.
Amplio mi sonrisa.
―Te comprendo, a mí tampoco, ambos somos personas que queremos seguir nuestras propias reglas, pero hay momentos para todo.
―No te soporto ―Me mira de reojo y me río.
―El sentimiento es mutuo.
Se forma un silencio y dejo que este concentrado en su vigilancia, a la vez yo recuerdo las palabras de Clow, mientras se oye el sonido del traqueteo que hace el tren andando a gran velocidad.
"El peor enemigo de Ayelén Wesley está en Rosa Negra".
¿Qué significa eso? Lo mande a investigar sobre la competencia y me sale con este acertijo. Me parece muy raro que lo diga, pero a la vez muy obvio. La tumba de mi padre estaba vacía, por lo tanto se llevaron el cuerpo con la información que tenía o quizás está vivo y se encuentra por ahí, haciendo negocios con el enemigo, sin que nos diéramos cuenta. Cualquiera de las dos opciones me parece factible y no me deja pensar. Debí haberme ocupado de ese asunto antes, pero ya no importa.
El hombre que fue entrenado por mi padre me saca de mis cavilaciones cuando abre la puerta de repente.
―¿A dónde vas? Tenemos que esperar a Clow ―le aclaro.
―Ahora regreso ―se limita a decir y veo como se retira.
Miro mi copa y tomo un sorbo, luego giro mi vista al muerto.
―Máquinas de matar, son un misterio ¿no crees? ―Me río, entonces continuo bebiendo y comiendo un poco más.
Hermes
Camino por los pasillos del vagón, miro las ventanillas viendo el verde pasto del campo, que pareciera en movimiento viendo el andar del tren. Pasa árbol tras árbol, hasta que giro mi vista a mi objetivo. Quizás estaba delirando por mis heridas, pero no puedo estar equivocado, no en esto.
Abro la puerta de uno de los cubículos, la cierro detrás de mí, escuchándose el sonido de esta, entonces visualizo esa cabellera oscura, cuando se gira me encuentro con esos hermosos ojos claros. Mi corazón se acelera aunque estoy enfadado.
―Malya ¿Qué haces aquí? ―digo sin expresión.
Sus mejillas se ruborizan y baja la vista.
―Vine a buscarte, estamos todos en el tren, Merche...
―¿Merche? ―la interrumpo recordando a Clow, luego reacciono cuando me observa confundida ―No debiste venir ―le aclaro.
―¿Cómo que no? ―Se enfada acercándose ―¡Estaba preocupada! ―Me agarra del traje y aunque estoy adolorido no hago ningún gesto, pero sus manos me delatan porque se manchan de mi sangre, dándose cuenta ―¡Oh Dios! ―expresa asustada y se suelta.
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Perversa Oscuridad: Conquista [#5]
Ação"El cielo es el infierno" Por: Viviana Valeria V.