19: Esperando

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Edgard

Ir a la casa de Julia y que no haga acto de presencia es tan frustrante. No puedo creer que no se encuentre aquí, me niego. Camino en círculos en frente del gran portón y Erik me observa cada vez que voy de un lado a otro.

―Cálmate, quizás salió ―sugiere.

―Ayer no me atendía el teléfono y ahora esto ―Lo miro furioso ―¡No me voy a tranquilizar! ―Me tiro de los pelos y luego bajo un poco la tensión, soltando mi cabello ―Mi hermano va a matarme, le dije que hoy le llevaría a los niños, no puedo seguir posponiéndolo, además se supone que los iba a cuidar ―digo frustrado ―¿Ahora qué hago?

―Primero respira profundo y cálmate, alterarte no solucionara nada.

―Sí pero... ―Hago puchero ―esto es un problema.

Saca del bolsillo de su chaqueta su celular y marca un número, entonces me le quedo mirando confundido, al no entender. Se aleja un poquito así que no oigo lo que habla, luego al regresar me sonríe.

―Hay que esperar una hora, pero rastrearan a Julia.

Mis mejillas se ruborizan y pongo las manos en mis cachetes todo emocionado por su acción.

―Ay lo hiciste por mí.

―Somos amigos, es lo mínimo que puedo hacer.

Directo a la friendzone.

Aunque yo me metí solito ahí, al preguntárselo con anterioridad.

―Sí ―Bajo la vista desanimado.

―¿Sucede algo? ―Alza una ceja.

Me río levantando la vista.

―¡No, para nada! ¿Y ahora qué? Falta una hora ―Miro a un costado.

―Bueno ―Observa su reloj ―es temprano, hay tiempo.

―¿Para desayunar? ―pregunto confundido.

―¿Para qué sino? ―Se ríe.

Yo y mis fantasías, debo dejar de delirar.

Caminamos unas cuadras, entramos a una cafetería, nos sentamos en las sillas, entonces en cuanto pedimos el menú, nos traen dos cafés con medialunas y el mozo se va, en ese momento me dedico a mirar al oficial, estoy sonriendo como bobo, no puedo evitarlo.

―Se nos hará costumbre ―le digo.

―¿El qué? ―Alza una ceja, confundido.

―Comer juntos en restaurantes ―Uno mis manos y continuo observándolo sin dejar de hacerlo ni un instante.

―Teniendo en cuenta que hasta has dormido en mi casa, tendremos varias costumbres ―Se ríe y mi corazón se acelera.

―Me encantaría ―Me muerdo el labio inferior.

No sé si se percata de mis expresiones, pero no puedo controlarlas, es lo que siento cuando lo veo en frente de mí. Me sonríe y continua tomando su café, entonces suspiro y levanta la vista.

Ahora sí se fijó.

―¿Sucede algo? ―me pregunta y baja su taza.

"¿Qué es lo que no ocurre?" debería ser la pregunta.

Perversa Oscuridad: Conquista [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora