Prólogo

957 41 63
                                    

Me gustaba trabajar pero comenzaba a molestarme que se excedieran dándome de más, por alguna extraña razón muchas personas necesitaban mi opinión o quería que trabajará para ellos.

Cantantes que querían que escribiera sus canciones, directores que querían que checará el guion de su película y a veces que hiciera su trabajo. Aunque no había estudiado nada de artes escénicas había aprendido gracias a que muchos directores habían tenido la paciencia suficiente para enseñarme y al principio me había parecido muy divertido e interesante, pero ahora todos me exigían ir a ayudarles y aunque no quería parecer una niñita malcriada había tenido que rechazarlos por el excedente de trabajo que tenía encima.

Estacione mi coche, tomé mi bolso junto con los 3 guiones que me habían pedido revisar y mi café, cerré la puerta y me dispuse a entrar.

Al hacerlo me encontré con un viejo amigo.

— ¡Anna! — me gritó desde su silla.

Yo sonreí y traté de saludarlo con la mano pero tenía muchas cosas encima como para hacerlo.

— Déjame ayudarte con algo — se ofreció mientras quitaba a una muchacha que le maquillaba unos moretones.

— Muchas gracias, Robert — le di los 3 guiones que me habían pedido revisar y él los tomó gustoso.

— Pensé que no vendrías — me acompaño hasta mi sección de trabajo, que consistía en una mesa con una silla a lado del director.

— ¿Qué te hizo pensar eso? — pregunté mientras fruncía el ceño y dejaba mi café sobre la mesa.

— Pensé que te darías unas vacaciones — hojeó uno de los libretos y me observó — tienes trabajo hasta por debajo de la nariz.

Yo sonreí y me acomodé un mechón detrás de la oreja.

— Lo sé — me encogí de hombros — es solo que no quiero parecer grosera con las personas que me han ayudado.

Robert me miró con una ceja alzada.

— Pero también esta tu bienestar y tu salud mental — al decir lo último tocó mi frente con un dedo — tanto trabajo te va a volver loca, niña.

— Tal vez — sonreí de lado — pero también me da de comer.

Robert puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.

— El trabajó también puede pagarte unas merecidas vacaciones y eso es lo que necesitas ahora.

Asentí levemente, tal vez tenía razón pero también me había esforzado muchísimo para llegar hasta donde me encontraba el día de hoy y no podía echarlo por la borda.

— Oh, vamos — me dio una palmada en el hombro — tú bien sabes que quieres ir de vacaciones.

Fue mi turno de cruzar mis brazos por el repentino frío que había sentido.

— Si quiero — contesté al fin — pero tengo que terminar esto — señale los guiones después a mi alrededor — y no sé muy bien cuando termine.

Robert tomó mi café para entregármelo.

— Entonces será mejor que te apures si quieres salir de aquí.

Hice un mohín ante la idea de Robert.

— No puedo decirle a los Russo que me voy — volví a dejar mi café en la mesita — no puedo llegar decirle: Anthony y Joe, quiero unas vacaciones y me retiraré indefinidamente del rodaje de Capitán America: Civil War.

Robert me sonreía complacido.

— Bien — escuché una voz detrás de mi — solo necesito que termines tus tareas de hoy, me digas que días quieres libres y cuando regresarás.

Woke up in Japan (Siwon) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora