Cap. 36: "Cosas Nuevas"

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Sus manos recorrían mi torso con sutileza. Desde mi estomago hasta mis pechos.

Una sensación que hace mucho no sentía me inundo, y lo único en que pensaba era en nosotros dos sobre la cama.

Camino conmigo hasta la cama, pero antes de que pudiera voltearme para poder besarme, me susurro que tenía una sorpresa, y que lo esperara.

Después de un par de minutos esperándolo, finalmente volvió. Cuando por fin estuvimos frente a frente, pude darme cuenta que traía algo entre sus manos. Un pañuelo de seda.

-Donghae: Vamos a hacer algo diferente, “____________”.

-Tu: ¿Algo diferente?

-Donghae: ¿Confías en mí?

-Tu: Siempre.

-Donghae: Bien. Siéntate en el sofá y cierra los ojos.

Hice lo que Donghae me había indicado y tomé asiento en un sofá de piel marrón de dos plazas; me senté en medio. Él se agacho delante de la chimenea y avivo el fuego.

-Donghae: Cierra los ojos –repitió.

Los cerré.

Lo oí caminar y segundos más tarde noté que se oscurecía la habitación.

Me cogió ambas manos y colocó una a cada lado de mi cuerpo.

-Donghae: Si hago algo que no te gusta, sólo tienes que decírmelo, ¿De acuerdo?

-Tu: De acuerdo.

-Donghae: Lo único que quiero demostrarte es que eres la mujer más sensual que he conocido nunca. Perfecta… -suspirando- No me toques.

Me dio un beso en la mandíbula, justo debajo de la oreja y fue bajando por el cuello.

Beso mi clavícula y deslizó una manos por entre los botones del vestido. Debía de estar de rodillas delante de mí, pero no abrí los ojos para comprobarlo. Sentí su mano encima de mi ombligo y temblé, noté que él sonreía levemente, pegado a mi piel.

Su mano subió por mi estomago y con los nudillos, me acarició un pecho y luego el otro.

-Donghae: Respira, “____________”.

Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba aguantando la respiración, pero mi cuerpo debía de creer que sólo necesitaba las caricias de Donghae para vivir y que tomar oxígeno era una pérdida de tiempo innecesaria. Me recorrió entonces el labio inferior con la lengua, y yo habría gemido, pero justo entonces me mordió.

-Donghae: Relájate y respira, o tendré que morderte.

Asentí y él me recompensó con un beso tan intenso como el que me había dado la primera noche que pasamos juntos. Sentía un cosquilleo casi incontenible en las yemas de los dedos de las ganas que tenía de tocarlo, y Donghae debió notarlo, porque me pellizcó el pecho que me cubría con la mano.

-Donghae: No te muevas.

Se apartó y yo oí que ambos teníamos la respiración entrecortada. Saber que esos besos lo habían alterado tanto como a mí, me excitó todavía más. Me desabrochó los botones del vestido y separó la tela. Esa mañana me había puesto uno de mis conjuntos de ropa interior preferidos; unos sostenes de encaje combinados con negro y nude y unas sencillas bragas a juego.

-Donghae: Dios mío.

Me sonrojé al oírle decir eso.

-Donghae: Puedo ver cómo te estás sonrojando. Tienes la piel más bonita que he visto nunca, blanca y delicada, pero que a la vez quema con solo mirarla. –Vuelvo a sonrojarme- no te sonrojes, “____________”. No es primera vez.

Guardaespaldas [DongHae y Tu]~TERMINADA~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora