Cap. Final:

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Prov. Donghae

Cuatro años más tarde.

“_________” y yo habíamos aprendido a sobrellevar la muerte de Yoogeun con los buenos recuerdos que nos habíamos encargado de crear con él y los chicos. Sin duda, había sido un momento difícil, no sólo para nosotros sus padres, sí no para toda la familia. Muchas veces, no entendemos por qué ocurren las cosas, y olvidamos que todas las cosas que ocurren tienen un propósito. Y las que no ocurren también. Las palabras de un sabio escritor venían a mi mente cada vez que cuestionaba como padre la muerte de mi hijo:

"Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida".

Sí, es cierto, pero creo que hay algo mucho más profundo en ello. Hubo vida, pero detrás de esa vida, hubo mucho más que un simple "síntoma" de vida; hay recuerdos, sonrisas, llantos, personas que te aman, y millones de otras cosas tanto buenas, como malas.

Hoy se conmemoraban dos años desde la partida de Yoogeun, y todavía siento como sí eso tan sólo hubiese sucedido ayer. Aún siento los gritos, sollozos, y llantos de “_________”. La angustia de no poder salvarlo, y la depresión de saber que nunca más volvíamos a verlo.

-¿Qué le sucedió a Yoogeun? -Le pregunté a “_________”, quién me había llamado desde la clínica para avisarme que Yoogeun se había puesto muy mal.

-No lo sé -corrió a abrazarme-. De repente comenzó a respirar mal, y apenas podía abrir los ojos. Pronunciaba mi nombre una y otra vez, y supe que algo andaba mal -sollozó contra mi camisa-. Oh Donghae, ¿qué vamos a hacer? No puedo dejar que me deje, no puedo.

Abracé a “_________” lo más fuerte que pude. Tenía que ser fuerte por ella, por los dos. Aún después de esto, teníamos que aprender a sobrellevarlo y avanzar, por muy difícil y frío que suene; pero estoy seguro que Yoogeun hubiese preferido que fuéramos felices, a estar lamentando su partida de por vida.

Pude ver a mi madre acercarse a la habitación donde estaban revisando a nuestro pequeño, y sin quererlo, se le escapó un sollozo. Bien, eso había podido significar muchas cosas, por iba a optar por pensar que nada iba mal.

Un par de minutos más tarde, el doctor había salido de la habitación cerrando cautelosamente la puerta detrás de él. Se acercó a nosotros y comprendí de inmediato lo que estaba preparándose a decirnos.

-Señor y señora Lee... Lo siento.

-¡No! -Grito “_________”, al mismo tiempo que se deslizaba por la pared hasta llegar al suelo.

Mi madre corrió a consolarla, pero siendo sinceros, ¿quién podía lograr eso? Incluso yo, sentía que no podía más. No podía soportar escuchar aquello. Simplemente nadie está preparado para escuchar algo así.

-Intentamos reanimarlo, pero no funcionó. Yoogeun vivió mucho más de lo que habíamos pensado... Lo siento señor Lee.

Calientes lágrimas abrazadoras corrían por mi rostro. Lo habíamos perdido. Nuestro hijo. Nuestro pequeño Yoogeun.

“_________” tenía el rostro entre sus manos, mientras repetía una y otra vez que eso no había sucedido, y quería creer lo mismo. Quería creer que en realidad mi hijo estaba bien, pero no. Aquella había sido nuestra realidad. Donde habíamos acabado después de dos años de lucha constante. Mi hijo fue un luchador. Un chico perseverante que lo hizo lo mejor que pudo. Dos años de sufrimiento y alegría a la vez. Había sido algo agridulce.

El doctor palmeó mi espalda en un gesto reconciliador, y luego desapareció por los pasillos de la clínica.

Me agaché junto a “_________” y la abracé. Eso era lo que necesitábamos ambos: el consuelo de tenernos el uno al otro.

Guardaespaldas [DongHae y Tu]~TERMINADA~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora