No Te Rindas (Erlu)

•14•

"El amor posiblemente fue lo que le indujo a desgarrar su propio corazón de su pecho...La amaba tanto que prefirió morir sólo para no causarle mas daño...La amaba tanto que partió de este mundo solo para que ella fuera feliz..."

Erza leía lentamente aquel libro que le había prestado la rubia, lo sostenia con una mano mientras con la otra acariciaba lentamente el cabello rubio de Lucy, que aún no despertaba, ya casi habían pasado otras dos horas y pronto llegarían a su destino.

Estaba sumergida en aquel libro,
Se sorprendía en cómo la envolvían aquellas páginas y la hacían no querer parar de leer nunca.

Quizá porque tenía curiosidad sobre el amor y la tragedia que conlleva.

Era triste, pero lo leía porque era el primer libro donde en verdad la cautivaba la realidad del amor y su sufrimiento, y los sacrificios que se hacían en medio de ello.

El tren se detuvo finalmente, al parecer ya habían llegado.

Erza algo ida por lo que había leido antes despertó lentamente a la rubia en su regazo avisándole que ya tenían que bajar. Lucy dandole una sonrisa al notar lo pensativa que estaba, Sabía lo que significaba.

Ya había leido una buena parte del libro...

--¿Segura que estás bien, Erza?--Preguntaba la rubia divertida viendo los movimientos casi mecánicos de la pelirroja al bajar sus maletas.

-- bien--Sonrió desorientada Erza--Es solo que...Apesar de ser un libro, dice muchas cosas de la cruda realidad--

--Sí, cuenta desde la tristeza, hasta la desesperación y la depresión, cuando se sufre por amor, al igual cómo se sufre por la sociedad...Por los demás...Por todo--Dijo sonriendo Lucy.

Erza asintió en acuerdo con ella e inició su caminata, Lucy siguiendo su paso a su lado. 

--Deberías leerlo todo, te sorprenderá el final--

--Ten por seguro que lo haré--

Lucy observaba las calles donde caminaban, era un pequeño pueblo, pero realmente no lo conocía, era pequeño, pero se podía observar que era muy cálido y hogareño, aunque el clima era realmente frío.

Al rededor había montañas y bosque, podía jurar oir la corriente de un río por cada parte en la que pasaban.

--Erza,¿ dónde estamos?--

--Cuando viajaba de niña a Fairy Tail, me encontré con este pueblo, está bastante apartado, pero es hermoso, aquí pasé algún tiempo, las personas son muy hermosas y amables, una pareja de ancianos me recibió en su casa y me dio un techo donde dormir, los visito a menudo cuando tengo tiempo, este es buen lugar para descansar...Y alejarse del mundo-- Hablaba Erza con una sonrisa llena de cariño.

Llegaron a un pequeño edificio, donde Erza tocó la puerta dos veces con una sonrisa dulce en su rostro.

Abrió la puerta una mujer mayor, alta, blanca, de pelo blanco y de no ser por las arrugas en su rostro que evidenciaban sus años , Lucy hubiera dicho que no llegaba a pasar los 50.

La mujer abrazó a Erza de forma muy cariñosa y la saludó tambien a ella con un abrazo mientras las invitaba a pasar.

--Se llama Ilda, es como una madre para mí--Dijo Erza poniendo un mano en el hombro de Lucy.

--Es muy amable, y este lugar es precioso--Opinó Lucy viendo la decoración del lugar y asombrandose de lo amplio que era por dentro.

--Así son las personas aqui, su forma de ser se refleja en sus cosas--

--Niña Erza, que gusto verte por aquí tenerte de nuevo pasando por este lugar--Comentó Ilda sonriendo de una forma muy maternal y dulce--Llamaré a mi esposo, ya vuelvo, y asumo que tú eres la niña Lucy, He oído mucho de ti--Decía dirigiéndose a la rubia que se sonrojada levemente ante las palabras de la señora--Pero que tímida, eres muy linda niña--

Erza le sonreía también mientras Ilda buscaba a su marido para contarle de la visita.

--Parece que aquí sonríen mucho--comentó Lucy.

--Están llenos de amor, aquí se alejan de lo malo, aquí es muy puro todo, este lugar es sagrado para mí--Respondió Erza.

--Pero mira a quién tenemos aquí--Se escuchó la voz grave de un hombre a su espalda, también era alto y canoso, unos centimetros mas alto que Erza, estaba al lado de la señora Ilda.

--Hola Ale--Dedía Erza yendo a abrazarlo con una enorme sonrisa.

--Has traido a la chica ¿Eh?-- Dijo con expresión complice el hombre mientras se separaba de Erza y veía a Lucy, quien lo saludaba con una sonrisa y el movimiento de su mano.

Erza se río ante el comentario.

--Necesitaba un respiro, el plan es descansar--Respondió Erza.

Ambos ancianos se miraron entre sí y sonrieron acercandose a Lucy, pusieron una mano en cada hombro suyo.

--Muy bien pequeña--Dijo Ilda

--Mientras estés aquí, conocerás el lado bueno de la vida, aquí Erza te enseñará un pedazo de la felicidad al vivir--Completó Ale.

Y no se equivocaban.

Aunque de alguna forma todos en aquella sala sabían que...Antes de eso, venían muchas cosas más.

Junto con el pasado y tristezas...

Ambas sabían que algo sucedería,
Pero estaban allí para descansar del mundo.

Nunca creerían que algo podia salir mal.

No tenían ni idea de lo que podría pasar.