•Epílogo•

1.3K 119 16
                                        

Erza caminaba sola,
C

omo muchos días atrás,

Quizá meses,
Quién sabe.

Llevaba un ramo de rosas negras en su mano derecha, en su mano izquierda un viejo libro incompleto.

Tal como la vida de algunas personas,
Muchas veces nos hemos enfrentado a la decepción, nos hemos enfrentado a la soledad, a la perdida; y como siempre, tenemos que ser fuertes de alguna u otra forma.

Aunque debemos aprender algo de todo eso, siempre podemos hacerlo, siempre podemos seguir adelante pase lo que pase,
Si bien viene siendo cierto que llega un momento donde decimos "No puedo más", ahí esta el secreto, siempre podemos.

Erza entró con un suspiro al gremio, sonriendo ante la calida bienvenida de abrazos por todas partes.

-- Dame un batido de fresas, Mira-- Dijo la Scarlet amable con una sonrisa -- Y un pastel de fresas--

--¡A la orden!-- Exclamó con una sonrisa la mayor de los Strauss con una sonrisa de oreja a oreja, tan pronto como estuvo listo el batido y el pastel los puso en una bolsa para Erza. Como hacía todas las mañanas cuando Erza pasaba por el gremio para llevar aquello. --¿ Cuándo irás a una Misión?-- Preguntó curiosa una vez le dio la bolsa a la peliroja, ésta la vio con una sonrisa negando.

-- Quizá luego-- Era siempre la respuesta que recibía cada vez que hacía esa pregunta. Era como una rutina.

La Scarlet se despidió de todos aún con una amable sonrisa en el rostro.

A la salida del gremio se encontró con Gray, que caminaba de la mano con Juvia, sintió una punzada en el corazón, pero lo ignoró.

-- Hey chicos, hola-- Su voz se había vuelto baja y suave, Gray y Juvia le sonrieron alegremente.

-- Hola Erza, que gusto verte, ¿Cómo estas?-- Preguntó Juvía, quien desde "ese día" dejó de hablar en tercera persona.

-- Estoy genial, gracias-- Como siempre, Erza respondía, incapaz de decir "Estoy bien"

-- ¿Y a dónde ibas? -- Preguntó Gray con curiosidad, viendo la bolsa, el libro y las rosas en las manos de Erza.

--Oh--Erza se obligó a seguir sonriendo-- Voy camino al cementerio-- Lo dijo de forma rápida, para no centrarse mucho en eso, recordar le dolía a veces.

Gray y Juvia asintieron en entendimiento.

Se despidieron y Erza siguió el camino que sabía de memoría, pateó una pequeña piedra que se le cruzaba por allí, luego observó el cielo con nostalgia.

Si tan sólo las cosas hubieran sido de otra forma...Pero sabía que era imposible, la realidad no era un cuento de hadas donde con una linda canción tu vida mágicamente se solucionaba.

Entre tantas tumbas encontró la que cada día visitaba, viendo una que otra rosa negra del día de ayer en la misma.

Suspiró sintiéndose de repente algo cansada, por aquellos días el invierno golpeaba a Magnolia, haciendo todo frío y lúgubre, pero de alguna forma, lo oscuro atraía, hacía todo un poco más hermoso de una forma distinta. 

Se dio cuenta de cuánto amaba el frío, el invierno. Le traía muchos recuerdos.

Todos alguna vez sentimos miedo de perder a esa persona, ya sean celos, ya sea inseguridad, o incluso alguna enfermedad. El miedo mueve al mundo, y perder a la persona que amas es lo peor que te puede pasar, tanto como perder a un amigo/a, un hermano/a, o algún familiar. Y cuando esa persona muere, una parte tuya muere con ella. 

No Te Rindas (Erlu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora