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Al igual que cualquier otro dia en la ciudad de magnolia, Soleado y lleno de energia positiva, las personas lentamente empezaban a salir a la calle en sus respectivas rutinas.

Unos simplemente paseaban por el parque, otros junto a sus mascotas.

Pero otros observaban todo desde lo alto la ciudad y su amanecer.

Como Lucy Heartfilia.

El aire frío recorría sus brazos descubiertos y su rostro, su chaqueta a un lado sin mucha intención de ser usada, meses atrás había dejado de usar faldas, ya que le resultaban poco convincentes a la hora de pelear, así que comenzó a utilizar vaqueros ajustados,
Oscuros mas que todo.

Sus ojos achocolatados, con el resplandor del sol; se cerraban mientras ponía una mano para cubrir su rostro y el viento movia libremente su cabello rubio.

Tomó su chaqueta entre su brazo izquierdo y se levanto, Sintiendo mas frío al recibir el aire en su cuerpo entero.

Y sus ojos...Sus ojos observaban melancólicos el cielo, en donde las nubes se mezclaban con el azul que le caracterizaba.

Ladeó la cabeza un poco y con su mano derecha tocó su mejilla, por donde sin tener conciencia caían lágrimas demasiado silenciosas.

Sonrió tristemente encogiendose de hombros y limpiandolas, suspiró pesadamente y con torpeza se colocó la chaqueta negra que llevaba.

《Muy bien, Lucy, hoy que sean tres kilometros》 Pensó la maga celestial amarrando bien los cordones de sus zapatos.

Y empezó a correr.

Corrió como si su vida dependiera de ello, corrió como si en el camino quisiera dejar algo, corrió como si deseara olvidar todas las noches de insomnio u esos amaneceres solitarios.

Sólo con el anhelo de demostrar algo.

Corrió mientras sus lágrimas la traicionaban y caían rebeldes de nuevo por sus mejillas.

Y gritó, gritó mientras sus piernas se movían a toda velocidad y sus brazos le seguían la carrera, gritó cerrando sus ojos y moviendo sus piernas mas rápido alejandose de la ciudad, adentrandose en el bosque sin dejar de correr, no hasta que quemaran sus pies.

Gruñó sintiendo las ramas de los arbustos arañarle el rostro, soltando un quejido al golpear su pierna con el borde de un tronco, pero sin parar.

En su mente una sola meta.
《Tres kilómetros》.

Todo sería muy normal, por supuesto, qué habría de raro ver a una maga practicar cada día a la misma hora internandose en los bosques quizá para entrenar, pero como dije antes, todo sería muy normal si la maga celestial no estuviera pálida y ojerosa, consumiendo un alto exceso de cafeína al salir antes del amanecer de su casa y posteriormente minutos después ver cómo se alejaba corriendo como si estuviera muriendo en un mar de ira y llanto.

Y aunque casi todos no sabían este hecho, existe la palabra 'Casi', ya que una persona observaba cada día a la rubia y analizaba su comportamiento.

Con la armadura de la emperatriz de fuego Erza Scarlet volaba por encima de los arboles obdervando a Lucy Heartfilia.

Tomando nota mental de lo que hacia la rubia día a día, su preocupacion crecía a medida que el esfuerzo por mantenerse de pie en la rubia era demasiado evidente.

Sentía el impulso de bajar y levantar a la chica que caía constantemente a causa de piedras y escombros de los árboles, lastimando su cuerpo.

Y mas aún, sus interrogantes más grandes.

¿Por qué lo hacía? ¿Cuál era el motivo? ¿Por qué ocultaba aquello cada día? ¿Cómo cubría tan bien sus heridas?

Bajó y se sentó en la copa de un arbol sin que la viera la rubia, observando como tiempo después por fín la maga celestial descansaba, cómo ponía sus manos en sus rodillas y trataba de recobrar el aire perdido.

--Bien, ahora de vuelta corriendo a Magnolia--Escuchó decir a la rubia que se preparaba para iniciar su regreso.

《Lucy》 Pensó Titania preocupadamente, con un nudo en la garganta, siguiendola desde lo alto nuevamente 《Te estás desgastando》

Con esto en mente, Erza Scarlet, Reina de las Hadas, Titania, al ver aquel cambio en la Heartfilia, intentó no llorar.

No Te Rindas (Erlu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora