Habian pasado días, incluso semanas, quién lo sabría, no estaban pendientes del tiempo, no podían.
Lucy no se despegaba del cuerpo de Erza, no permitía que nadie la viera y de aquella habitación no salía.
Sostenía la mano fría de su novia entre las suyas tratando de buscar una solución a todo eso.
Habían sido unos días duros, no dejaba ni siquiera que sus espíritus estuvieran con ella.
En Fairy Tail, como días atrás, se encontraba en un silencio que se prolongaba por toda la estancia. Jellal aún continuaba allí con la esperanza de poder ver a Lucy y hablar con ella.
Pero ella estaba alejada de todos, ni siquiera comía ni salía de la enfermeria.
No sabía cómo controlar todas las emociones que tenía en esos momentos, sentía un constante cosquilleo en la punta de los dedos y a veces en todo el cuerpo, trataba de controlar las extrañas transformaciones y por eso mismo se había aislado, no quería herir a nadie...No quería ser un monstruo.
Sentía cada célula de su ser cambiar, algunas veces si no se concentraba, terminaba doblando las barillas de las camillas cuando se sostenía de ellas. Otras veces, cerraba sus ojos y al abrirlos un fuerte ardor en ellos la hacían gritar de dolor, se veía al espejo y sus ojos habían cambiado, ya no eran de ese color achocolatado que tanto amaban. Ni siquiera tenía un color definido, simplemente cambiaba de un momento a otro y ella no podía evitarlo.
En algún momento su piel se había tornado más pálida, demasiado blanca para su gusto, sus labios habían perdido color, sus ojos tenían enormes bolsas oscuras debajo, no sentía ni siquiera su propia voz cuando alguien llamaba a la puerta preguntando si quería comer o beber algo.
Cerró los ojos recordando todo aquello, en un par de días todo se había descontrolado y no comprendía por qué Erza seguía de esa manera. Sin despertar.
Tantas emociones le pegaban de golpe, la intranquilidad de no saber lo que podría suceder después la atormentaba. Todo se tornaba tan oscuro de alguna manera, no sabía cómo sentirse al respecto, le sorprendía la oleada de ira que le recorría el cuerpo al recordar a sus espíritus en el suelo por su culpa, odiaba la sensación que le producía saber que fue capaz de herirlos de esa forma a pesar de que lo había hecho inconscientemente. Y ahora tener a Erza de esa forma, la hacía sentir enferma.
Se levantó de golpe y puso una mano en su estómago, arqueandose al sentir una extraña sensación de vertigo. Corrió hacia el pequeño baño de la habitación y sintió como su garganta expulsaba lo poco que tenía su estómago, lo cual era extraño, porque no tenía nada.
Al abrir los ojos se sorprendió de lo que había allí, en aquel inodoro. No era sangre, pero tampoco parecían ser cosas de su estomago, era un extraño líquido dorado.
--¿Qué demoníos?--Susurró para sí misma mientras enjuagaba su boca y miraba a su alrededor. Vio un pequeño objeto brillante al lado de la mesita de la camilla donde ella dormía.
Se acercó y tomó el objeto entre sus manos.
Era una cuchilla. ¿Eso había estado allí antes? No lo había notado.
Se sentó en el borde de la camilla viendo en dirección a la de su novia y suspiró un poco.
Pasó el objeto fíloso por su muñeca, sintiendo nada. Estaba cansada. ¡Quería sentir nervios! ¡Miedo! ¡Dolor!¡ Pero no sentía nada!. Sólo una ira y desesperación incontrolables.
Observó confundida como en lugar de sangre de aquel profundo corte salía aquel líquido dorado ¿Qué estaba pasando? Hizo tres cortes más y de nuevo, no era sangre lo que salía.
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No Te Rindas (Erlu)
ФанфикшнNo se puede jugar con las personas rotas, la melancolía profunda, el dolor, el cansancio, es algo serio, es algo doloroso. Pero... el amor lo puede todo, no importa si es el mundo real o un mundo fícticio, el amor derrumba fronteras, derrumba la mue...
