Cuando la conoció ella estaba en su más tierna infancia mientras el luchaba desesperadamente con los conflictos de su adolescencia. Mientras ella crecía en gracia y belleza, él se volvía cada vez más cínico y frio con respecto al mundo.
Aun así, ella siempre acudía al campo de flores a la misma hora, durante años. « ¿Cómo voy a perder la oportunidad de ver un ángel? » solía decirle con una sonrisa, cada vez que iba a visitarlo para consolar sus constantes lamentos y decepciones. Incluso, en algún momento le sugirió dejar esa profesión que tanto parecía atormentarlo...
Hubiese deseado que jamás lo mencionara.
— ¡¿Por qué me haces esto a mí?! — chillo el Padre García, amarrado en aquella vieja tabla de madera. Maurizio no lo miro, no quería hacerlo. Ese hombre le producía un asco sobrehumano. En cambio, decidió tomar las fotos que tenía en su bolsillo, lanzándolas a su pecho desnudo. El hombre tembló cuando estas cayeron al suelo, dejando claro su asqueroso contenido.
Niños, muchos niños desnudos, en posiciones nada acordes a su edad
— ¡¿Cómo has encontrado eso?! — no contesto, ni siquiera mantenía expresión alguna en su rostro. Saco la pistola del bolsillo de su sotana, empezando a cargar las balas una a una, en frente de su rostro. Lo escucho retorcerse como un animal herido a punto de ir al matadero. — ¡No lo hagas por favor, apiádate de mí! ¡Apiádate de mí! — lloriqueo con pánico. Maurizio alzo la pistola, colocándola directamente en su sien.
— Que dios se apiade de tu alma— dijo en voz baja, antes de disparar y ver como los sesos salían volando fuera de su cabeza.
Ojala Dios se apiadara de la suya.
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DIOS TE SALVE
Cerita PendekPuedes correr, pero no esconderte. Puedes luchar, pero no ganar. Puedes sufrir, pero no puedes llorar. SEGUNDA PARTE DE LA SAGA PECADOS CAPITALES: Ira. (BORRADOR) Prohibida la copia total o parcial de esta obra.