DIOS TE SALVE

Capitulo 14

« El que encubre sus pecados no prosperará, más el que {los} confiesa y {los} abandona hallará misericordia. » Proverbios 28:13

El día en el que la alejaron de su lado, se volvió loco. Buscó en todos los rincones de Roma, siempre encontrando una pista de su paradero y perdiéndola al segundo, cuando por fin la encontró... solo pudo ver la madera con su nombre encima de la tierra. Había muerto y no pudo hacer nada para impedirlo. Personas se habían lucrado con su sufrimiento y seguían libres sin castigo, viviendo felices con sus familias, revolcándose en su podredumbre secreta mientras él y la familia de Alessia se hundían cada vez más en un pozo sin fondo.

Por eso no se sentía mal al ver a la mujer joven que lloraba en el Vaticano, pidiendo explicaciones de donde se encontraba su tío, el único familiar del que aún no tenían noticia alguna. El resto de su familia estaba muerta, sin rastro alguno del asesino. Ella se había salvado por obra y gracia de un viaje de negocios. Alessandro Messina, capitán de la guardia suiza que cuidaba la santa sede intentaba mediar su histeria, sin éxito.

— ¡¿Cómo puede ser que no sepan dónde está?! — chillo la mujer, golpeteando el pecho del capitán con absurdo desespero — ¡Se supone que esto es un templo de Dios! ¡¿Cómo pudo desaparecer mi tío?! ¡Seguramente está muerto!— el hombre prometía su honor entero en que iba a encontrar al Cardenal Rizzo así le costara la vida. Todo, sin sospechar que el asesino que los tenía a todos atormentado pasaba por su lado todos los días, con los pecados suyos y los de la gente que había asesinado a cuestas.

¿Por cuánto tiempo podría cubrirlos?