Dos guardias corrieron hacia donde estaba la chica de rodillas.
— Señorita, ¿podemos ayudarle? —Dijo diligentemente la funcionaria tomándola de los hombros, mientras se inclinaba hacia ella, entre tanto su compañero, emitía la situación mediante el handy, pidiendo apoyo mèdico al ver a la joven incapaz de levantarse y mantener el equilibrio, nada más acertado ya que segundos más tarde, Lorraine caía sin sentido en los brazos de la femenina que la estaba asistiendo.
—Señorita, ¿puede usted escucharme? Abra los ojos, vamos. — Insistía la voz de la mujer que le hablaba, un olor fuerte le ardía en la nariz y picaba sus ojos.
—¿Puede usted escucharme? Soy la doctora Steel —continuaba insistiendo la voz.
—Sí...sí, un momento — Lorraine, trataba de reaccionar y poder ver con claridad el rostro que tenía en frente, mientras débilmente intentaba incorporarse.
— Bien, con calma, no intente sentarse aún... ¡enfermera! —Exclamó con autoridad en su tono de voz.
—Mida la presión arterial de la paciente por favor. — Se apartó para brindar espacio a la joven que inmediatamente se dispuso a cumplir con la orden que había recibido.
— Noventa sobre cincuenta. —Anunció la enfermera.
— ¿Usted ha desayunado? — Preguntó la facultativa sin expresión alguna en su rostro.
— No...aún no he desayunado... —Musitó la chica.
—Entonces ¿cómo pretende no desmayarse?
—Dígame su nombre y edad. —La joven respondía con los ojos cerrados. —Abra los ojos por favor. —Ordenó la mujer sin quitar su vista de lo que estaba escribiendo. —Posibilidad de estar embarazada? —Fijó sus ojos en el rostro pálido de la chica.
—Ninguna...creo que soy lesbiana... —agregó en un hilo de voz
—¿Cree, que es lesbiana? —Interrogó la doctora, viéndola por encima de sus anteojos. —No está segura de serlo. —Expresó en voz baja moviendo la cabeza mientras anotaba. —Bien, la enfermera le traerá una bebida azucarada, mientras tanto, trate de sentarse lentamente, sujétese de mí. —Dijo la mujer, mientras le ofrecía sus manos. La joven tomó una de ellas, mientras que la profesional la rodeó con su brazo para brindarle más seguridad.
—Beba esto en sorbos pequeños. —Le indicó mientras le entregaba el vasito plástico que la enfermera había traído. —Siempre que nos disponemos a salir, es conveniente comer antes, si es por un caso de urgencia, una chocolatina sería lo correcto, por eso es bueno tener a mano una barrita, sea de chocolate o cereal, ¿Como se siente ahora? —los fríos ojos impresionantemente grises, parecían de acero, su rostro seguía impasible, era extraño que una persona que se dedicara a la salud de otros, se mostrara tan fría. —Me siento mejor, muchas gracias. —respondió Lory, sin dejar de mirar el vasito que sostenía con ambas manos.
—Bien, esperemos unos minutos, la enfermera medirá nuevamente su presión e intentaremos que se ponga de pie, si puede andar sin marearse, está en la libertad de irse, pero no a su casa, conduciendo un vehículo, sino a la cafetería para que pueda almorzar... al parecer ya le están volviendo los colores al rostro, por lo que estimo que no habrá dificultades. —La muchacha escuchaba con atención lo que la doctora le hablaba, al caminar hacia la mesa en la que había colocado sus anotaciones, pasó por frente a la ventana que se hallaba a pocos pasos de la camilla, la brisa trajo hacia Lorraine, la fragancia delicada suave y para ser honestos, cara, de la facultativa, su túnica resplandeciente, impecablemente blanca. "Vaya...cómo logrará ese blanco tan inmaculado" pensó la chica al observarla, mientras Steel se encontraba de espaldas.
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Sin aliento
RomanceMuchas veces podemos perder a nuestros seres amados y sentirnos rotos, tal vez experimentamos la sensación de no poder seguir con nuestras vidas, nos tiramos en una cama con la única idea de abandonarnos; pero no es ahí dónde debe acabar nuestra his...