Capítulo 17

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—¡Estás hermosa! —exclamó Nicky con los ojos llenos de lágrimas de emoción al ver a Sara con su vestido de quince años, la modista estaba dándole algunos retoques finales.

—Es increíble que hayas crecido tan rápido... Estoy hecha una anciana —agregó llevándose ambas manos al rostro en un exagerado gesto de espanto.

—No exageres, mami, si nos han confundido en la calle creyendo que éramos hermanas —apuntó Sara con una sonrisa de oreja a oreja...

La aún joven mujer acompañó su risa, no quería ponerse en sentimentalismos en ese momento, sabía que a los jóvenes les molestaba ver a los adultos lloriquear de emoción.

Sara tenía un carácter tranquilo, rostro hermoso como el de su madre, sus ojos eran el calco de los de su padre, una combinación que le sentaba de maravilla y que a Nicky le ocasionaba muchos rezongos cuándo iban por las calles y algún desubicado profería alguna insinuación a la niña.

—Bien, ya puedes quitarte el vestido, esta ya es la última prueba, quedará listo en la fecha prevista, pueden venir a retirarlo en el horario que ustedes prefieran. — anunció la mujer regordeta que estaba haciendo los arreglos a la prenda.

—¡Bien, vamos por un helado! Luego regresemos a casa, aún tenemos que llevar a nuestra abuela Niza al veterinario para realizarle sus controles.

Ambas salieron alegremente del lugar, se dirigieron a una heladería donde estuvieron unos cuantos minutos ocupando una mesa disfrutando de helados y una amena charla, luego como había indicado Nicky fueron por la perrita para llevarla a sus controles, ya se encontraba muy viejita, veía poquito, pero seguía siendo la misma bandida de siempre aunque con un poco menos de energía, gracias a los cuidados y alimentación que se le daba, mantenía muy buena salud para la felicidad de todos en la casa.

—¡Hoooola, hemos llegado! —anunció a grandes voces la muchacha mientras Sara soltaba a Niza para que fuera a tomar agua.

Unos brazos la rodearon desde atrás mientras un sonoro beso sonaba en su mejilla.

—¿Cómo le ha ido a nuestra princesa? Díganme que el vestido ya está en sus arreglos finales. —preguntó Lorraine quien abrazaba y daba varios besos sonoros a su hija que casi la estaba superando en altura.

—Estará pronto para este viernes como habíamos planeado, —respondió Nicky a su esposa mientras se daba la vuelta para abrazarla.

—¿Para mí no hay más abrazos? —preguntó Sara mientras se metía entre ambas madres, quienes la apapacharon entre risas.


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Trece años y medio antes:

El sol brillaba de forma triste a los ojos de Nicky, quien entre los brazos de su madre parecía pequeñita.

—No podré resistir la tristeza si pierdo a Lorraine, mamá... no voy a poder salir adelante sin ella. —repetía la muchacha mientras su madre le acariciaba el cabello.

—Shhh... todo va a salir bien pequeña mía, Lorraine es una mujer con muchísima fuerza, no pienses que vas a perderla, está en manos de buenos profesionales que lograron estabilizarla, esperemos los resultados sin adelantarnos a ningún suceso desafortunado, cariño. —respondió la mujer, en un intento de animar a su hija.

—Pienso que deberías ir a descansar, Nicky... —agregó la Sra. Warren que se encontraba sentada junto a ellas.

—No, Sophie... no podría descansar, prefiero quedarme aquí, enloquecería estando en casa.

Sin alientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora