Capítulo 1

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Vi sus rizos pelirrojos saltando con cada paso que daba mientras corría hacia mí. Corría con aquella sonrisa que no lograba borrársela nadie, sus hoyuelos marcados en sus mejillas llenas de pecas y los brazos abiertos para que lo reciba en un abrazado. A medida que corría y se acercaba me puse de cuclillas para sentir su pequeño y delgado cuerpo impactar contra el mío mientras lo envolvía entre mis brazos levantándome y haciéndolo girar en el aire. Escuchaba su risa sincera cerca de mi oído derecho.

— ¿Tienes que irte sí o sí? — preguntó mientras lo dejaba en el suelo y me arrodillaba para estar a su altura.

—Sí, pitufo – despeiné su cabello —, pero sabes que regresaré en unos días — él comenzó a jugar con mis manos —. Cuando regrese te llevaré al museo de astronomía que tanto te gusta ¿sí? –

— ¿Cuándo regresarás? – él no dejaba de mirar cabizbajo mis manos mientras jugaba con ellas.

—En tres días.

— ¿Y si te extraño en la noche? — esta vez levantó la mirada y aquellos ojos cafés se encontraron con los míos.

—Mirarás el cielo lleno de estrellas y me sentirás más cerca, porque todas las noches yo estaré mirando el cielo pensando en ti — sentí sus brazos rodear mi cuello mientras escondía su rostro en éste.

—Llegará tarde, hijo, debemos despedirnos — miré a su madre mientras él me soltaba.

—Cuando menos te lo esperes ya estaremos juntos otra vez — le regalé una sonrisa y mientras despeinaba su cabello me levanté quedando frente a su madre.

—Cuídate por favor... — murmuró dándome un abrazo. No dudé en corresponder el abrazo de la castaña.

—Los veo en unos días ¿sí? Cuida de Sean... está más sensible que otras despedidas. Cualquier cosa me llamas — me separé de ella.

—Cuidaré bien de él, no te preocupes — acarició mi mejilla con una sonrisa dulce en su rostro.

Tomé mis cosas, les di una ultima mirada y me giré para caminar hacia el auto que había mandado el representante de la señorita Cabello. Paul, el chofer, comenzó a conducir en dirección a la casa de la jóven cantante.

Me encontraba esperando a que me abrieran la puerta para ayudar a la señorita Cabello con sus cosas. La puerta se abrió dejando ver a su pareja, Matthew. Me miró de pies a cabeza y llamó a la cantante.

— ¿Cómo has estado, Burke? — se cruzó de brazos mirándome con un "soy mejor que tu" en sus ojos.

Nunca supe porqué nunca le caí bien, pero sus actitudes hacia mí me hacían odiarlo y mi trabajo no me dejaba ponerlo en su lugar cuando se pasaba de la raya conmigo.

—Con todo respeto, no me gusta hablar de mí o mi vida privada, señor Hussey — dije mirándolo seria.

—Hola, __________ — dijo la latina acercándose con una sonrisa.

—Buen día, señorita Cabello. Déjeme ayudarla con su equipaje, lo llevaré al auto mientras usted se despide de su familia — ella asintió. Se hizo a un lado y me dejó entrar en busca de sus cosas.

Conocía a la perfección su casa, muchas veces tuve que quedarme a cuidar de ella cuando sus padres o su novio no estaban para acompañarla. Me dirigí a la sala de estar y vi todas sus cosas, eran muchas, pero era entendible, iba a ir de gira por toda Latinoamérica. Yo solo la acompañaría hasta su primer destino, luego regresaría y la dejaría con Richard, mi compañero de seguridad.

Mientas llevaba todo el equipaje de la señorita Cabello al auto con ayuda de Paul, podía ver a la cantante despidiéndose de su novio entre besos y abrazos. Un grito me hizo elevar la vista de la parte trasera del auto donde estaba dejando las cosas.

Perdidas (Camila Cabello y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora