Capítulo 25

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Ambas estábamos disfrutando la última noche sentadas cerca de la orilla de la playa. Camila estaba sentada entre mis piernas observando el horizonte oscuro. Charlie y Joana habían salido con Sean y Sofi para llevarlos a la feria de juegos que venían pidiendo desde que llegamos.

Besé la sien de la latina sintiendo una de sus manos acariciar suavemente mi muslo. Le di un trago a mi botella de cerveza y la dejé a un lado para abrazarla por detrás.

—¿Cómo fue? —fruncí el ceño ante su pregunta—. ¿Cómo fue el embarazo de Sean? —sonreí al recordarlo.

—Difícil, pero increíble al final... Alessia no podía quedar embarazada, le costó mucho. Le doné mis óvulos porque sabía cuanto deseaba ella tener un hijo —ella elevó su cabeza para mirarme.

—¿O sea que Sean biológicamente es tu hijo? Ya se me hacía raro que tuvieran rasgos demasiados iguales o gestos —sonreí asintiendo.

—Quizás tengo más hijos y no lo sé —dije divertida. Ella frunció el ceño girándose para arrodillarse frente a mí—. Supongo que aun siguen mis óvulos en la clínica, cada tanto dono para las mujeres como Alessia —dije encogiéndome de hombros.

Me sorprendí al sentir sus manos tomarme del rostro para luego besarme, obviamente no me negué, pero había sido muy repentino. Al besarme logró que caiga hacia atrás quedando recostada con ella encima, la abracé por la cintura sonriendo sobre su boca.

—¿A que se debe tan repentino y enérgico beso? —dije con su rostro cerca del mío llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Te amo —dijo mientras acunaba su mejilla en mi mano.

—Y yo a ti —dije atrapando sus labios para luego girar y dejarla debajo de mí. La miré unos segundos con una sonrisa para luego dejar un pequeño beso en su cuello

—Me haces cosquillas —dijo riendo. Continué dejando besos por su rostro—. He estado rara porque no dejo de pensar en que quiero formar una familia contigo —soltó de la nada logrando que me detuviera. Me había caído como un balde de agua fría. Mi cara debió habérselo demostrado porque de inmediato comenzó a hablar—. Olvídalo es una estupidez, no tienes porqué decir algo, simplemente quería ser sincera y... —vi aquel brillo de decepción en sus ojos. Acaricié su mejilla logrando que me mire.

—No es una estupidez, cariño, solo que me ha sorprendido...

—Lo siento, no debí decir nada...

—Camz, quiero que me cuentes siempre todo y más si son cosas como estas que nos involucran a ambas —dije sentándome a su lado, ella hizo lo mismo que yo—. Creo que eres muy joven, tu carrera recién está comenzando y aunque en un futuro me encantaría formar una familia contigo, pienso que no estás lista para esa responsabilidad.

—¿Cómo sabes que no lo estoy? —suspiré.

—Porque... no estás lista para dejar tu carrera para cuidar de un niño, debes disfrutar y cuando te sientas completamente lista y segura lo harás. Pero ahora no es el momento y aunque no lo quieras aceptar sabes que tengo razón.

—¿Cómo puedes estar tan segura? —sabía que estaba molesta.

—Mírame a los ojos y dime que dejarías toda tu vida a un lado para cuidar de un niño —ella abrió la boca, pero no dijo nada—. Ahí tienes tu respuesta. No estás lista —dije levantándome—. No quiero que estés enojada conmigo, Camz, no quiero que vivas pensando en el futuro, cuando tenga que pasar pasará, pero no es momento —ella me miró unos segundos con sus facciones endurecidas, estaba molesta—. Iré al agua ¿vienes?

Perdidas (Camila Cabello y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora