Capítulo 15

3.1K 250 23
                                    

—Debería dejarte morir —dije entre dientes tomándolo de la camiseta escuchándolo soltar gritos de dolor por su herida.

—Lo sé... pero por favor no me mates.

—Creí que te había matado al dejarte en el avión, debiste morir en el accidente, no sé porque te dejé el maldito paracaídas —golpeé su espalda con fuerzas contra el tronco de la palmera logrando que se queje de dolor—. Yo no te mataré... si quieres vivir tendrás que curarte tu solo esa herida, sino la infección te matara, pero a mi ni me mires —lo dejé caer al suelo.

—__________, por favor, ayúdame... —reí falsamente.

—¿Ayudarte? Por tu culpa estamos aquí, por tu culpa casi muere Camila, por tu culpa ese avión se estrelló. ¡Querías matarla!

—No tenía opción... era ella o yo.

—¿Quién te obligó?

—Estaba metido en problemas de deudas con gente peligrosa y sabes que si un famoso muere vale mucho más dinero que cuando está vivo...

—¡Debías decírmelo y te ayudaba! Pero ya es tarde y yo no te ayudaré a vivir, tu solo te salvarás.

—¡No, no me dejes aquí! ¡__________, no te vayas!

Hice oídos sordos y poco a poco me fui alejando de él. No podía creer lo que él había hecho, era amigo de la familia Cabello desde hacía años y los había traicionado intentando matar a Camila.

(...)

Era el cuarto día sin Camila y solo quería saber si estaba bien, si ya estaba con su familia. Solo deseaba que ella estuviera bien. Joder, la extrañaba, extrañaba abrazarla, besarla, observarla jugar en las olas, pasar horas en "la laguna de los recuerdos", extrañaba estar abrazada a ella en el acantilando observando la nada, extrañaba las conversaciones profundas de las noches. La extrañaba, joder, y no la iba a volver a ver nunca.

No dejaba de sentir angustia, porque la quería tener a mi lado y quería ver a Sean por lo menos una ves más para despedirme de mi colorado preferido, del niño de mis ojos, del amor de mi vida. Necesitaba tenerlo entre mis brazos y cumplirle la promesa de llevarlo a su lugar favorito. Quería cumplir la promesa de volver a ver a Camila, pero era imposible y eso me mataba. Quería estar con ambos, quería que los viernes de películas no solo sean de Sean y mías, sino de ella también. Ella quería conocerlo, quería jugar con él. Quería tenerlos a ambos entre mis brazos y cuidarlos con mi vida.

(...)

DIAS DESPUÉS

Encendí la fogata como todas las noches por si algún avión o algo pasaba. Al terminar me senté en la arena y suspiré observando las estrellas ¿Sean estaría mirándolas? ¿Camila estaría mirándolas? Bajé la vista para mirar a la oscuridad del océano cuando vi una luz moviéndose. Me levanté rápidamente y cuando verifiqué que era un barco tomé un trozo de madera seco y encendí la punta para luego moverlo de un lado a otro mientras gritaba para que me vieran. Sonreí al verlo dirigirse hacia mí, alimenté el fuego logrando que creciera para que lo vieran mejor. Cuando vi la cercanía a la que estaba me iba a acercar a ellos nadando, pero recordé a Garrett. Tenía dos opciones, nadar hacia el barco o correr en busca del traidor. Me maldije al comenzar a correr para cruzar la isla a toda velocidad. Lo busqué con la mirada, pero no lo veía.

—Maldita sea, Garrett ¿Dónde diablos estás? — lo vi inconsciente recostado sobre una palmera y fui corriendo a él.

Le tomé el pulso, era débil, pero estaba vivo. Tenía una gran infección en la herida. Lo tomé en brazos aun inconsciente y comencé a correr rogando que el barco no se hubiera ido. Al llegar lo vi bastante cerca, sin soltar a Garret y evitando que se ahogara nadé hasta el barco. Al ver que nos ayudaron a subir agradecí internamente.

Perdidas (Camila Cabello y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora