CAPÍTULO 2

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Con los ojos cerrados, Park Ji Min alargó una mano, tocando las sábanas arrugadas. Frescas, sin un rastro de calor del cuerpo de Jungkook. Parecía que sólo hacía un segundo cuando había escuchado los crujidos débiles de las tablas del suelo cuando Jungkooksalió de la habitación, pero tenía que haberse quedado dormido.

Tenía que levantarse. Deja de desperdiciar la mañana. Pero su cama en la casa de campo de Jungkookse sentía mucho más cómoda que su cama en su apartamento de soltero en la ciudad. Incluso las sábanas eran más suaves, y aunque ya no estaban tan cálidas, todavía tenían el aroma de Jungkook.

Tomó una respiración profunda, dejando que el aire llenara sus pulmones lentamente. Los olores característicos de la piel de Jungkooky el sudor masculino y... sexo. Dejó escapar un gruñido. Por Dios, Jungkook era bueno chupando pollas. No era una sorpresa -Jungkookdestacaba en todo lo que se proponía. Y claramente se había propuesto dominar todo aquello a su disposición para hacer que Jimin perdiera la cabeza. Era increíble pensar que había habido un momento en que Jungkookse negaba a considerar siquiera la idea de tocar la polla de Jimin con los labios. El hombre una vez estoico, distante, que había insistido en mantener a Jimin a distancia una vez que abandonaban la alcoba, había desaparecido. Jungkookaún tenía las riendas del control, nunca las dejaba ir por completo, aunque eso era algo que Jimin nunca había intentado. Incluso cuando estaba chupándosela, el hombre tenía a Jimin en sus manos. Pero ahora, incluso durante sus juegos más extremos, una corriente innegable de la verdadera intimidad acompañaba cada toque, cada orden, cada beso del látigo de Jungkook. Una intimidad que decía más claro que palabras que Jungkooklo amaba.

Oír esas palabras también se sentía bastante bien.

Sonriendo, tiró de la colcha para cubrir sus hombros, buscando calor. Tal vez si volvía a dormirse, se despertaría de nuevo con la boca de Jungkook en su polla. Era un pensamiento agradable, aunque altamente improbable. A menos que se quedara en la cama hasta la noche, después de que el ama de llaves se marchara.

Aun así, una muy buena idea. El sueño comenzó tirar de él. Jungkookestaría sentado detrás de su escritorio al menos hasta media tarde. Y hoy era... Frunció el ceño, tratando de orientar su cerebro empañado por el sueño hacia qué día era... Miércoles. No tenía que ir a ninguna parte...

Infiernos.

Apartó las mantas y se obligó a sentarse y dejar caer sus piernas por un lado de la cama. Bajando la cabeza, se frotó la cara con las manos, alejando el sueño de los ojos.

Tenía que ir a su casa esa tarde. Debería levantarse ahora para evitar correr el riesgo de volver a quedarse dormido y faltar al compromiso.

Protegiéndose los ojos al pasar por los rayos de la luz del sol que se recortaban a través de las ranuras en las cortinas, caminó hacia el lavabo. Se echó agua en la cara y cogió su navaja de afeitar. Con la barbilla inclinada hacia arriba, la cuchilla de afeitar suspendida sobre su mandíbula, se detuvo. Se inclinó hacia el espejo. Pasó un dedo por la marca en su garganta, sobre la marca de Jungkook.

Riéndose de sí mismo, posó la navaja en la mandíbula. Después del afeitado, arrastró sus dedos por su cabello, haciendo todo lo posible para domar los rebeldes mechones.

Cogió unos pantalones, calzoncillos, corbata y una camisa blanca de los cajones de la cómoda, se los puso, y luego entró en el pequeño vestidor. Quitó su chaleco crema de un gancho en la pared y se lo puso. ¿La capa marrón? Sin duda su favorita pero, bueno, un poco gastada en el dobladillo. Su mirada se posó en el abrigo negro que colgaba de un gancho al lado del marrón. Para un compromiso, el negro sería la mejor opción. Se ajustaba mejor y nunca se lo había puesto, por lo que unos puños deshilachados no serían problema. Le diría un aspecto más confiable. Como si realmente fuera dueño de una librería.

SERIE ATADOS ◂Kookmin▸ (Adapt.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora