SERIE ATADOS ◂Kookmin▸ (Adapt.)

CAPÍTULO 3

Un olor a humedad ligeramente rancio golpeó la nariz de Jimin mientras caminaba por la puerta. Se detuvo en seco. ¿Unos libros? Buen Dios, estaban por todas partes. No sólo un libro descartado, sino que montones de ellos. La mesilla junto a la butaca frente a la chimenea, la gran mesa de roble y el gabinete bajo junto a las ventanas. Las estanterías que cubrían las paredes del suelo al techo estaban repletas casi hasta reventar. Libros encajados en los pequeños espacios entre las partes superiores de las filas y los estantes de arriba, con pilas en el suelo bloqueando las baldas más inferiores. Un volumen abierto yacía en el cojín de la silla, como si alguien acabara de dejar el libro para volver en cualquier momento.

Una punzada de melancolía le pinchó el corazón. El dueño del libro nunca volvería.

La luz penetró en la biblioteca cuando la señora Middleton tiró de las cortinas para abrirlas parcialmente en una de las dos ventanas. -Mis disculpas por el estado de la habitación, Park Jimin. Tuve que dejar ir a la criada, y el estudio era de el señor Middleton... -El incómodo encogimiento de sus delgados hombros lo decía todo. Con su cabeza de pelo castaño claro inclinada en concentración, se afanó por atar las pesadas cortinas de damasco.

Jimin esperó pacientemente. No estaba muy familiarizado con la joven viuda. Sólo la había visto en una ocasión, meses atrás, cuando él y Jungkook se habían detenido en el restaurante de la posada en Seúl por algo para comer. Los Middleton se habían sentado en la mesa junto a la suya. Pero había oído que recientemente perdió a su marido, y de manera repentina. Una bala perdida en los bosques de los alrededores. Era evidente que la pérdida todavía le pesaba, el dolor la rodeaba como un manto.

Había asumido que simplemente pretendía reducir la biblioteca. Una decisión habitual en una viuda. Era un poco morboso que siguiera a la muerte de cerca, pero era el principal medio por el que procuraba nuevas adquisiciones para su librería. Por lo general, la petición de la viuda no era impulsada por una necesidad urgente de fondos, sino más bien como un manera de poner en orden una biblioteca. Teniendo en cuenta que había despedido a su doncella, tenía una fuerte sospecha de que la joven viuda necesitaba más que un poco de dinero extra. A juzgar por el estado de la habitación, El Señor Middleton había invertido cada won en su colección.

Se trasladó a la otra ventana y repitió el procedimiento, abriendo las cortinas y atándolas de nuevo. Su pequeña figura daba la impresión de la juventud. A primera vista, uno podría fácilmente confundirla por un adolescente.

Sin embargo, sus modales refinados, el rico timbre de su voz y el aire que tenía de haber visto y vivido mucho más que una simple chica indicaba que era muchos años mayor. Probablemente justo por debajo de sus veintisiete. Aun así, una mujer joven. Si recordaba correctamente, el Sr. Middleton había sido joven también. Probablemente no había considerado la idea de ahorrar para mantener a su esposa. Con la muerte vino la tragedia, pero era especialmente difícil cuando se llevaba a alguien tan joven, llevándose a un ser querido mucho antes de su hora.

Fue muy consciente de lo afortunado que era. Podía salir de esta casa y volver a Jungkook. Mantener al hombre cerca, sentir los fuertes latidos del corazón, el calor de su aliento. Sensaciones que ahora eran simples recuerdos preciados para la Sra. Middleton. Con suerte, Jungkook y él tendrían los largos años juntos que se le habían negado a la joven viuda. Y ahora que la amenaza del matrimonio se había ido, la esperanza estaba a su alcance.

Otro pequeño tirón en los lazos y luego se apartó de la ventana. Una pequeña sonrisa educada no pudo ocultar la tristeza que acechaba en las profundidades de sus ojos marrones. Ella sacudió su muñeca, el movimiento abarcando toda la habitación. -No es necesario que se quede junto a la puerta. Por favor eche un vistazo. No hay ninguno en particular que me gustaría conservar, por lo que todo el lote está disponible si así lo desea.