SERIE ATADOS ◂Kookmin▸ (Adapt.)

CAPÍTULO 5

Jimin dejó la vela que había traído desde el estudio sobre la cómoda de caoba. El suave brillo dorado proporcionaba suficiente luz para ver con claridad, dejando las esquinas de la estancia en sombras. El fuego en el hogar ya estaba encendido y las cortinas herméticamente cerradas por cortesía de la ama de llaves. La habitación estaba cálida y cómoda y a Jungkook le resultaba muy familiar. El escenario perfecto para esta noche.

La puerta se cerró de golpe. Un temblor de anticipación sacudió a través de él. Jimin respiró hondo y se concentró en mantener su respiración suave y uniforme. Cuando sintió que podía moverse sin abalanzarse sobre Jungkook, se apartó de la cómoda.

Desabrochándose la chaqueta, Jungkook dio un paso más en la habitación. Pareces bastante satisfecho esta noche.

Lo estoy admitió, de alguna manteniendo la sonrisa depredadora de su boca. La segunda copa de brandy parecía haber cumplido con su deber, adormecer los sentidos de Jungkook lo suficiente para que un rastro de languidez se apreciara en sus movimientos. No quería al hombre ebrio. Quería que Jungkook recordara todos los detalles de esta noche. Pero esperaba que la considerable copa de la bebida espirituosa le ayudara a eliminar cada una de las inhibiciones de Jungkook.

Jungkook dobló su abrigo y lo puso en la silla junto a la estrecha puerta que conducía al vestidor. ¿Alguna razón en particular?

Jimin se encogió de hombros en un intento por parecer despreocupado. Al ver el ligero estrechamiento de los ojos de Jungkook, agregó: He tenido un día productivo y disfruté de una comida maravillosa contigo.

Para su alivio, la insinuación de sospecha dejó ojos de Jungkook, sin embargo, su mirada se detuvo en el rostro de Jimin, como si buscara algo. Estaba dando a su amante demasiado tiempo para pensar. Eso no sería de gran ayuda.

Jimin se acercó a la mesilla de noche, se quitó las gafas y el pasador de corbata de jade, y los colocó en la pequeña bandeja de plata. Se desabrochó la chaqueta y la arrojó hacia el lavabo. Luego se volvió hacia Jungkook. Hoy te eché de menos. Dejando que cada rastro de deseo y necesidad salieran a la superficie, contempló a su amante.

Como atraído por una cuerda invisible, Jungkook cerró la distancia entre ellos.

Como yo a ti. Jungkook ahuecó una mano en su mandíbula, deslizando la yema del pulgar por el labio inferior de Jimin. Ahora, ¿por qué no pones esa hermosa boca a un buen uso?

Sería un placer. No queriendo que Jungkook acaparara el papel de dominante. Quería que el hombre se centrara en él y en los placeres que ofrecía, no en el baúl con llave junto a la cómoda donde ya había desviado la mirada una vez desde que entró en la habitación.

Nada restricciones y nada floggers. Tampoco barras transversales o juguetes. Esta noche serían solo él y Jungkook. Su respiración quedó atascada en el pecho. Se tomó un momento, un momento muy corto, para calmar su pulso. Luego se dejó caer de rodillas.

Lento y deliberado, desabotonó los pantalones de Jungkook. Un ligero tirón y desató la cuerda de sus calzoncillos. Metiendo la mano en el interior, liberó cuidadosamente la polla semierecta de Jungkook. Simplemente ver esa magnífica polla, la gruesa y pesada longitud en su mano, hizo que su culo se tensara en anticipación. Mientras movía la lengua por la corona, casi podía sentir la cabeza ensanchada violando su entrada, estirándolo ampliamente. Un gemido sacudió la garganta. Sin embargo, hizo caso omiso de las exigencias de su propio cuerpo y se centró en Jungkook en aumentar la tensión lentamente, en alimentar de la necesidad, la necesidad que sabía estaba dentro de él.

Lentos deslizamientos de su boca a lo largo del cada vez más duro eje. Su lengua arremolinándose alrededor de la cabeza. La suave presión de sus labios en la satinada piel. Le encantaba la polla del hombre. Podría adorarla durante horas. Lo habían hecho en más de una ocasión, el dolor resultante en la mandíbula no era nada comparado con el placer puro de complacer a Jungkook.