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Rey caminó en dirección a su nave en el hangar, había elegido entre tantas un viejo X-Win del tiempo de la República. Fue criticada por sus compañeros al haber elegido algo que podría resultar ser obsoleto, pero a ella le recordaba su pasado, el que no quería olvidar por ningún motivo. 

Estaba subiendo su mochila con algunas cosas a la nave cuando llegó a despedirse Armitage. Rey ya había sentido su presencia pero espero a que él iniciará a hablar. El pelirrojo se aclaró la garganta para llamar su atención, costumbre que tenía adoptado desde su infancia.

Rey volteó a verlo, lo acompañaba su gata Milicent y un droide astro mecánico de la serie BB.

-Tenga un buen viaje, Princesa.- dijo con las manos en la espalda.

-Sabes perfectamente que no no es necesario que me llames así mientras estamos solos.

La felina maulló  y el droide hizo varios pitidos de disgusto. Rey se agachó para cargar a la gata, esta se dejó acariciar por la muchacha.

-Ordené que te repintaran porque no podemos causar sospechas BB9-E, así que cuida tu vocabulario.

El droide volvió a pitar como respuesta.

-Hasta que servirá de algo esa chatarra tuya.- dijo Armitage con deje de desprecio.

-Sabía que algún día lo haría.- Respondió Rey acariciando  el costado de la nave con delicadeza.

-Será mejor que te marches.

-También te voy a extrañar, Armi.- Respondió Rey de inmediato.

Rey dejó a Milicent de nuevo en el suelo y fue junto a Hux, le dio un pequeño beso en la mejilla. Se enrojecieron las mejillas del pelirrojo. Rey le dio una caricia final en su cabello.

-Nos veremos después.- se despidió subiendo a su nave.

El droide tomó posición para que el mecanismo de la vieja nave lo colocará en su lugar.

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Rey viajó por distintos planetas buscando al Halcón Milenario. Buscó en los planetas donde sabía que abundaban el tráfico y el contrabando. Nunca hizo preguntas directas, no debía levantar sospecha. Visitaba las cantinas de mala muerte más conocidas de la galaxia, desde el La Nave Cantina “Miss Fortune”, hasta establecimiento de la vieja Maz. Sin embargo su objetivo era muy escurridizo, cuando le pisaba los talones él salía del planeta o sistema.

Estaba a punto de rendirse cuando se encontró con un wookie que estaba en problemas, no dudó en ayudarlo, luchó contra diez hombres que buscaban capturar a las enorme criatura peluda. En el transcurso de la lucha notó que no podría hacerlo sólo con sus manos, debía usar un arma. Pensó en utilizar su sable oculto, pero llego a ella un báculo  que arrebató de las manos de uno de los atacantes. Ahora sería más fácil.

El wookie disparó repetidas ocasiones haciendo que sus enemigos cayeran. Rey, por su parte combativa con aquel báculo que la hacía sentir como si manejará su sable de hoja doble.
Un hombre maduro corrió hasta donde estaban. Cuando llegó todos estaban tirados en el suelo.

-¿Qué pasó?

El wookie habló en su dialecto, Rey entendió lo que decía.

-Así que lo buscaban a el ¡eh!.- dijo Rey mientras inspeccionaba aquel báculo. Finalmente decidió colgárselo al hombro. -Yo me voy.

El wookie volvió a hablar, entonces el hombre la detuvo bajo la presión del enorme peludo. Entonces gruñó levemente, se sobó la nuca.

-Espera. Tienes talento, niña.

Rey volteó a verlo, su mirada había cambiado, no dejaba ver la seriedad y crueldad con la que la habían criado, ahora se veía más inocente.

-Estoy buscando a alguien que nos ayude con un trabajo.
- No estoy interesada.- Respondió ella

-Está bien, está bien.

Actuó arrepentida, y voleo a verlos tímidamente.

-¿De qué se trata el trabajo?

El hombre y el wookie se miraron a los ojos y se sonrieron mutuamente.

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El ahora trío, estaba frente a un viejo carguero, Rey reconocía el modelo, lo había estudiado en su viaje.

-Un YT-1300, coreliano.- dijo la chica en voz baja.

-Conoces el modelo.- aseguró el hombre.

-Siempre me han gustado las naves viejas.

El hombre rió con gracia, mientras mantenía los manos sujetando su cinturón.

El wookie comenzó a subir un par de cajas de provisiones, preparaba el viaje. Un droide blanco y rojo, esférico  comenzó a seguir al peludo para  ayudarlo.

-¿Cuál es tu nombre, niña?

-Rey.

Miró al hombre, este ya había comenzado a arreglar unas mangueras que  se habían salido de su jugar.

-¿Cuál es el suyo?

-Han, Han Solo.

Rewriting Our History [Reylo AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora